La Tecla Mar del Plata
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La crisis que atraviesa el Frente de Todos en la ciudad tuvo un nuevo capítulo días atrás, cuando Fernanda Raverta se reunió con Máximo Kirchner para definir los pasos a seguir de cara a la gran batalla de 2023.
Según pudo reconstruir La Tecla Mar del Plata, la titular de la Anses expuso su preocupación ante el dirigente de La Cámpora porque entiende que los números hoy no dan para ganar la ciudad. No sólo por la abultada derrota en las legislativas del 2021, sino también porque los reveses se acumulan en otros ámbitos, como el Colegio de Abogados y la Universidad Nacional de Mar del Plata. Mientras que el triunfo en el PJ fue por un ajustado margen y con escasa participación de la militancia peronista.
Raverta habría planteado la posibilidad de no presentarse en la carrera por la Intendencia y así posicionar a otro candidato del ala cristinista en Mar del Plata. Pero la posibilidad fue descartada de plano por el hijo de la vicepresidenta. Máximo le habría dado a entender que ella maneja ni más ni menos que la Anses, la caja más importante del Gobierno Nacional, y que ello debería utilizarlo para relanzarse y competir el año próximo.
Ahora bien, las definiciones en la superestructura complejizan el panorama de la coalición. El nombramiento de Daniel Scioli como ministro de Desarrollo Productivo lo ubica como otro de los “presidenciables” del Gobierno Nacional. Una de las terminales del ex embajador de Argentina en Brasil es Gustavo Pulti, con quien tejió una relación cercana durante los 8 años que ambos compartieron la conducción de la provincia y la ciudad, respectivamente, entre 2007 y 2015.
La definición que tome el líder de Acción Marplatense será crucial para diagramar el tablero del FdT, donde es casi un hecho el escenario de internas. Hoy, con dos vías aseguradas. Por un lado, los albertistas, que hoy tienen dos referentes en Mar del Plata: Roberto “Tata” Gandolfi (Movimiento Evita) y Rodolfo Manino Iriart, el director del Correo Argentino. Por el otro, los cristinistas, con Raverta a la cabeza. Y un posible tercero, como Pulti, que podría romper el esquema de polarización reinante entre los dos sectores en disputa.