La flota fresquera es casi sinónimo de la pesca argentina y más aún desde el punto de vista de Mar del Plata. Sean costeros o de altura, los buques del sector son los encargados históricos de nutrir los muelles de mercadería que luego se procesará en tierra y, en buena medida, se exportará al mundo. En otras palabras, se trata de una rama con incidencia en todas las partes de la cadena de valor.
Una forma de medir el peso del sector es con los desembarques. En el año 2024, Mar del Plata recolectó 366,340 toneladas contabilizando todas las especies. El 60,2% (más de 220 mil) fueron pescadas por buques fresqueros contra un 39,8% de los congeladores. Dentro de las subcategorías, la más preponderante fue la de los barcos de altura. Estos son, por otra parte, los catalizadores de la industria naval marplatense que se dedica, en buena medida, a la reparación o construcción de dicho tipo de naves.

“La pesca no es toda igual”, recalcan como un mantra desde los muelles para exponer una realidad: existe una crisis pero no alcanza a todos. La situación de fragilidad que atraviesan los fresqueros tienen asidero en variaciones internacionales en torno a la merluza, especie estrella de la pesca nacional y de “La Feliz”. La demanda del filet se desplomó un 23%, mientras que la recaudación sufrió una reducción del 26%. A esto se suma una baja del 4% en el precio del producto en comparación con el mismo período de 2024, golpeando de forma directa la rentabilidad de la actividad. Desde los muelles también apuntan los cañones hacia la Provincia.
La principal recriminación al Estado en su conjunto es la presión impositiva y un alarmante aumento de los costos operativos. Dichas demandas fueron contenidas en un proyecto de la Legislatura, de autoría del radicalismo, donde se propone a la gestión de Kicillof que diseñe junto a ARBA un régimen de condonaciones de deudas fiscales, postergación de vencimientos de impuestos y tasas provinciales. A su vez, se insta al Banco Provincia a lanzar una línea de créditos que mantengan a flote la actividad.

El otro gran señalado es el Ejecutivo nacional. Tras retirarse el capítulo del régimen pesquero de la Ley Bases, se escuchó un gran suspiro de alivio en los puertos. Pero la tranquilidad nunca fue total. El sector tenía razones para sospechar de las intenciones del mileísmo, en especial del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, que se volvió la cara visible de la pelea con los armadores. En los últimos días los temores cobraron forma de decreto: el “Marciano” habilitó la navegación de buques extranjeros y quitó la obligatoriedad de utilizar tripulación nacional. Si bien los pesqueros quedaron excluidos de la medida, varios ven que es un anticipo de lo que ocurrirá con la flota extractiva.
En el mientras tanto, las cámaras empresarias solicitaron al gobierno nacional que considere a la pesca como una actividad regional con tratamiento fiscal diferenciado; que reduzca temporalmente los derechos de exportación mientras persista la crisis cambiaria; que implemente mecanismos compensatorios para equilibrar la inflación con el tipo de cambio en las exportaciones y que establezca exenciones impositivas para los trabajadores de la actividad, previamente acordadas en convenios tripartitos entre el Estado, las empresas y los sindicatos.

Otra arista clave del conflicto son los gremios. Ante el anuncio de algunas cámaras y empresas de que irían por una baja salarial del 30%, los sindicatos cerraron filas y anunciaron que no aceptarían.
La crisis ya tuvo expresiones de fuerza con los despidos en fasoneras: tomas, movilizaciones y represión. Los fantasmas del pasado preocupan a quienes caminan los espigones, que saben que, si el conflicto con marinos y maquinistas escala, las repercusiones serán de alcance indescifrable. “Han parado la flota hasta 120 días”, rememoró un operador de los muelles.
Jornada legislativa por el sectorAnte la crítica situación que enfrenta la industria pesquera en Mar del Plata, golpeada por la baja en los precios internacionales de la merluza, el incremento de costos operativos y la carga impositiva, el Concejo Deliberante llevó a cabo una jornada de trabajo que evoca la de enero de 2024. La iniciativa, impulsada por el radicalismo, busca generar un ámbito de debate y visibilización sobre la crisis del sector fresquero, con el fin de evaluar la problemática y plantear posibles soluciones. "El sector de la pesca fresquera en Mar del Plata enfrenta desafíos estructurales que comprometen su desarrollo y sostenibilidad, llevándolo al borde de la desaparición. Desde hace meses atraviesa una crisis profunda, especialmente en las áreas de captura, procesamiento y exportación de pescado fresco", advierte el proyecto de la UCR. A la convocatoria asistirán cámaras pesqueras, trabajadores, legisladores y representantes del municipio.
Puerto: despidos, represión y tensión creciente La crisis en el Puerto de Mar del Plata no solo golpea a los barcos y los muelles, sino que también se agrava en las fábricas. En tierra, comenzaron los despidos, las protestas y hasta la represión, lo que, según fuentes, podría derivar en episodios de mayor violencia si la situación se profundiza. A fines de enero de este 2025, 200 trabajadores de la industria pesquera pertenecientes a una cooperativa fueron despedidos e indemnizados tras el cierre definitivo del frigorífico Sur Trade. Otras plantas también están en riesgo de cierre. El 14 de febrero, la Prefectura reprimió con balas de goma y gas pimienta a 80 trabajadores que protestaban frente al frigorífico La Bella S.A., exigiendo el cumplimiento de un acuerdo salarial firmado entre la empresa y el sindicato. Los manifestantes bloquearon la salida de un camión, y la fuerza federal aplicó el protocolo antipiquetes para despejar la calle. Mientras tanto, las cámaras empresariales buscan reducir un 30% los sueldos de los trabajadores embarcados de la flota pesquera. Ante esta situación, el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) realizó una asamblea informativa, sin avances concretos y a la espera de precisiones. Por ahora, no se han definido medidas de fuerza, pero se llevó a cabo la primera reunión paritaria del sector fresquero. Los gremios advierten que los trabajadores no pueden ser "la variable de ajuste". La incertidumbre crece en los muelles marplatenses, y el temor es que, si no se llega a un acuerdo, el conflicto escale aún más.