A menos de un mes de la fecha clave, la política de General Pueyrredon ingresa en la recta final de un año de intensa actividad electoral y profundo reordenamiento. Las elecciones del pasado 7 de septiembre marcaron el inicio de una cuenta regresiva que tendrá su punto álgido con la asunción de las nuevas autoridades el próximo 10 de diciembre. Sin embargo, los pasos formales para la renovación ya están definidos por la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires, lo que ha encendido las negociaciones y la "rosca" política en Mar del Plata.
La primera gran señal de cambio se sentirá el próximo 2 de diciembre, cuando la Junta Electoral entregue los diplomas habilitantes a los legisladores provinciales electos en el recinto de la Cámara de Diputados en La Plata. En esa ceremonia, el actual intendente Guillermo Montenegro recibirá su diploma como Senador provincial. Su partida del Ejecutivo municipal hacia la Legislatura bonaerense acelera la transición y la necesidad de redefinir el liderazgo dentro del oficialismo local.
El segundo hito, y el que concentra toda la atención en la ciudad, será la Sesión Preparatoria del Concejo Deliberante. La Junta Electoral ha convocado a los 135 Concejos de la provincia para el 5 de diciembre a las 10:00 horas. En General Pueyrredon, ese día se tomará juramento a los 12 nuevos concejales que renovarán parte del cuerpo. Este acto no es solo una formalidad; marca el inicio de la nueva composición política del órgano deliberativo y, crucialmente, la instancia donde se definirán las autoridades del cuerpo para el próximo período.
Con el cronograma inamovible, las distintas fuerzas se encuentran en plena ebullición. El inminente ascenso de Montenegro al Senado ha abierto interrogantes y oportunidades para la reestructuración interna. Los que buscan continuar o escalar posiciones, los que dudan sobre sus futuros roles en un nuevo esquema de poder, y aquellos que ya planean nuevos rumbos, mantienen reuniones constantes a puertas cerradas.
La definición de la Presidencia del Concejo será la primera gran batalla política de esta nueva era, un puesto clave que no solo administra el cuerpo, sino que también funciona como un termómetro del equilibrio de fuerzas entre el oficialismo y una oposición que, tras la elección, ha ganado nuevos rostros y realineamientos.
Así, con la Proclamación y entrega de diplomas de los concejales titulares y suplentes a los apoderados de las asociaciones políticas dispuesta también para el 2 de diciembre, la política marplatense se acerca a la fecha de la jura con la certeza de que la calma ha terminado. El poder político local está en franco reordenamiento, y el reloj corre rápidamente hacia el traspaso de mando del 10 de diciembre.