El problema es económico. La discusión es política. Y no habrá solución de uno sin consensos, tanto internos como con la oposición. En la provincia de Buenos Aires la situación financiera apremia y el arrastre de las políticas implementadas por Nación complica aún más el panorama. Los pedidos de Axel Kicillof por ahora no comulgan ni con la oposición ni con gran parte del oficialismo en la Legislatura. En el Ejecutivo ya fijaron sus prioridades hasta tanto no consigan financiamiento y se preparan pata ajustar más el cinturón.
Las arcas provinciales están cada vez más estresadas. El ministro de Economía les pide a sus pares del gabinete que “tengan paciencia” mientras retiene pagos a proveedores, ralentiza las partidas que llegan por cuotas y hace malabares para sostener el funcionamiento del Estado en medio de una caída recaudatoria, menos recursos nacionales y un mercado difícil para ir a buscar fondos utilizando el remanente de endeudamientos anteriores. En ese contexto, Pablo López necesita un alivio proveniente de un nuevo permiso de endeudamiento, que en su texto tiene mucho más que la posibilidad de salir al mercado del préstamo.
Sin embargo, el proyecto enviado en mayo, que el propio gobernador bonaerense intentó apurar con declaraciones públicas, volvió a quedar sumergido en el entramado político.
Discusiones que se suponía aparecerían después del 26 de octubre se adelantaron por el apuro del Ejecutivo en sacar el endeudamiento.
Se exponen las razones de manual como, por ejemplo, que no se habla de endeudamiento si antes no se fija un fondo para municipios. Incluso en Unión por la Patria abonan el reclamo de sectores de la oposición de que “si no está la plata de los intendentes, se terminó la discusión”. Pero todo va más allá, y sobre el escritorio aparecen también los cargos en organismos públicos, que interesan a todos los espacios; mientras que, por debajo de la mesa, en el oficialismo se juega el futuro de la presidencia de Diputados, la jefatura de los bloques y también la futura composición ministerial del gobierno.
Más allá de la importancia de los 1.045 millones de dólares, lo que necesita casi con más urgencia López es la autorización para extender el monto de las Letras de Tesorería por el equivalente en pesos a 250 millones de dólares. También es de suma necesidad contar con las emergencias que les permiten a los ministros ahorrar burocracia y disponer de mayores libertades para gestionar.
La situación se encuentra atada con alambres, y la semana pasada estalló un conflicto en el ministerio de Hábitat y Desarrollo Urbano. Decenas de personas que integran el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) reclamaban al Instituto de la Vivienda que agilizaran el pago de fondos adeudados por programas habitacionales y mantuvieron una protesta en La Plata durante horas. Dirigentes que responden a Juan Grabois se reunieron con la ministra Silvina Batakis y Diego Menéndez. Entre otros aspectos abordados, ambos les desmintieron la versión que tenían sobre una posible paralización total de las obras de viviendas provinciales.
No es el único caso en el que se registran atrasos en el desembolso de fondos, y cada vez se escuchan más voces al respecto. Sectores vinculados a la obra pública aducen que desde el ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos (comandado por Gabriel Katopodis) las dilaciones en pagos de tareas ya ejecutadas alcanzan los 150.000 millones de pesos.
Para que los desembolsos se hagan efectivos, todos los ministerios deben esperar a que López los autorice y firme la habilitación. Los ministros pueden indicar qué prioridades poseen en sus carteras, pero la decisión es del Palacio de Hacienda. Por supuesto, el esquema, apoyado por Kicillof, genera fuertes discusiones entre pares del gabinete. La actualidad marca que mientras algunos le escribían mensajes cada tanto, ahora lo hacen prácticamente todos los días.
En el gobierno pretendían que se votara primero el endeudamiento y después discutir todo el resto con Presupuesto e Impositiva, pero la oposición se aferra a que hubo promesas incumplidas antes, para asegurar que es todo o nada. Ante esta situación, cerca de Kicillof mantienen la postura y no tienen intenciones de moverse.
En ese sentido, reiteran que su prioridad es pagar los salarios de los empleados públicos y garantizar el aguinaldo en diciembre. En caso de no contar con los fondos que piden, aseguran que no les quedará otra que sacar partidas de determinados sectores para destinarlas a los haberes de los estatales. “Se dejará sin destinar recursos a algunas obras”, comentan.
El mal trago en el Senado para el gobierno tiene un costo político para Verónica Magario y Kicillof por una derrota legislativa. “O se la bajan desde adentro o se los lleva puestos a los socios,” dijo un opositor sobre la ley en discusión y sobre las tensiones reinantes. Sectores internos del oficialismo se tiran la pelota unos a otros sobre el fracaso de la sesión. Desde espacios vinculados al kirchnerismo aseguran que Sergio Massa llamó para decir que no, a la vez que desde el propio riñón cristinista avalaban el reclamo del radicalismo de discutir todo ahora. Sin vueltas, así lo dijo la presidenta del bloque de Unión por la Patria en la Cámara alta, Teresa García, en la reunión de labor parlamentaria.
“Primero el fondo para los intendentes”, es una frase que se escucha decir tanto en las oficinas de legisladores oficialistas como opositores. La negociación no es para nada fácil, ya que debe encontrar el consenso para alcanzar los dos tercios en ambas cámaras, mientras se busca que también se traten los cargos pendientes.
Lo que plantea el radicalismo es hablar del endeudamiento corto después de Ley fiscal y del Presupuesto. Es decir, tratar el pedido de Kicillof en última instancia y cuando todo lo demás esté definido. El diputado del bloque UCR + Cambio Federal, Diego Garciarena, planteó que no es posible evaluar la necesidad de la deuda ni las emergencias sin contar con la ejecución presupuestaria y el programa de endeudamiento de 2025, ni con el proyecto de Presupuesto 2026.
Entre otras iniciativas, propuso crear un Fondo de Libre Disponibilidad para los 135 municipios, distribuido por CUD, con montos y plazos definidos, para garantizar previsibilidad a los distritos. También reclamó consensos para completar la integración de la Suprema Corte bonaerense, normalizar el Banco Provincia y otros organismos que dependen del aval legislativo, y reafirmó que el diálogo es esencial para alcanzar acuerdos y evitar el estancamiento de la Provincia.
En este marco, López advirtió que las provincias enfrentan menos recursos por el retiro del Estado nacional de sus funciones y por la caída de la recaudación nacional, que en septiembre fue de casi 9% en términos reales, con una baja aún mayor del 11,2% en los tributos coparticipables. Señaló que la recaudación coparticipable acumulada está más de 10 puntos por debajo de 2023, y que la recaudación de IVA cayó 17%, lo que refleja la profundización del deterioro económico, con menor actividad, consumo y mayor desocupación.
También repasó la política de endeudamiento provincial desde 2019. Recordó que, al asumir, se enfrentaron con una deuda insostenible y vencimientos concentrados, producto del endeudamiento entre 2016 y 2019 cuando la Provincia emitió más de 5.000 millones de dólares en los mercados internacionales, un 87% más que en los dos mandatos previos. En tanto, remarcó que la sostenibilidad financiera es un proceso permanente, y destacó que el peso del pago de deuda en el presupuesto provincial bajó del 17,7% en 2019 al 7,1%, lo que permitió aumentar la inversión en escuelas, rutas y hospitales.
Llegar a la barrera que separa el año fiscal está lejos para un auto que marcha con la reserva y necesita auxilio de la Legislatura. El gobernador Kicillof buscó conseguir la nafta que le falta a un bajo precio. Se la negaron la semana pasada y le puede empezar a salir cada vez más cara. Previsor, el ministro Pablo López lleva el motor regulando, a la espera de muchas manos que le permitan darle el empujón final. Un empujón que hasta podría darle al Gobernador bonaerense el envión para administrar y gestionar tranquilo los dos próximos años, porque si no aparece esa ayuda corre el alto riesgo de quedar parado.