En apenas dos semanas, miles de estudiantes volverán a las aulas, un momento qué siempre tiene rebote en la política y qué sirve cómo termómetro del humor social. Si bien esto último suele pensarse en torno a las familias y las exigencias económicas qué tiene el comienzo del año, marzo también sirve para medir el aceite del propio sector docente, uno de los qué tiene mayor capacidad de movlización.
Esto es especialmente cierto en la Provincia de Buenos Aires, la qué cuenta con mayor número de estudiantes y por ende, un volumen más elevado de trabajadores de la educación. Si bien los múltiples gremios del sector tienen sintonía fina con el gobernador, el malestar comenzó a correr entre las bases por algunas medidas que afectan la carga horaria disponible.
En concreto, se habría avanzado con la reducción de módulos en escuelas técnicas, así cómo en la unificación de áreas, cómo por ejemplo, Geografía e Historia, de 4 módulos en total, reconvertidas en Ciencias Sociales con tan sólo tres.
A la vez, habría pendientes varias reasignaciones, un hecho qué se agrava con la corta distancia al comienzo del ciclo lectivo. "Cómo si no alcanzara con Milei", lamentaron algunos docentes qué ven en Kicillof un dirigente potable pero cuyas medidas no mejoran la crisis general del sector.