En un cierre de año marcado por el recambio de gestión y la nueva composición del Concejo Deliberante, el Departamento Ejecutivo de General Pueyrredon dio un paso decisivo para despejar la incertidumbre financiera. Mediante el decreto 2788, se autorizó una modificación masiva del presupuesto vigente por más de 7.764 millones de pesos. Lejos de ser un trámite meramente burocrático, esta adecuación representa el "sinceramiento" de las cuentas públicas antes de que comience la discusión formal por el Presupuesto 2026, el cual la ciudad espera con creciente expectativa política.
El decreto ajusta las estimaciones realizadas a principios de año basándose en la Rendición de Cuentas real y los saldos bancarios existentes al cierre del ejercicio anterior. Al modificar el Cálculo de Recursos y el Presupuesto de Gastos, el Ejecutivo está, en los hechos, limpiando el balance: reconoce deudas pendientes —especialmente en salarios y proveedores— e incorpora fondos que ingresaron por convenios con otras jurisdicciones pero que aún no habían sido asignados a partidas específicas. Esta "limpieza" de los libros contables es la condición sine qua non para que el nuevo cuerpo legislativo pueda analizar el presupuesto del próximo año sobre una base de números reales y no sobre meras proyecciones.
La arquitectura del gasto presentada en este documento oficial pone el foco en áreas críticas. Se destaca una fuerte reasignación de recursos para el pago de sueldos a corto plazo, que supera los 10.550 millones de pesos, y un refuerzo en partidas de asistencia alimentaria y servicios básicos. Paralelamente, se dotó de fondos a los entes descentralizados como el Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado Público (EMVIAL) y el Ente Municipal de Servicios Urbanos (EMSUR) para garantizar la continuidad de la obra pública y el mantenimiento urbano en la transición hacia el nuevo calendario fiscal.
En los pasillos de la Municipalidad, el decreto se lee como el preámbulo de la presentación del Presupuesto 2026. Con el recambio legislativo ya consumado, la administración central buscó con esta medida cerrar el capítulo financiero de 2025, evitando que las deudas y los desajustes de la gestión saliente contaminen el debate que se viene. Ahora, con las cuentas ordenadas y los saldos de "Caja y Bancos" debidamente actualizados, la pelota queda en el campo del Ejecutivo para elevar el proyecto que definirá las prioridades de General Pueyrredon para el próximo año, en lo que será la primera gran pulseada política de la nueva conformación del Concejo.