La Tecla Mar del Plata
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El Concejo Deliberante de General Pueyrredon volvió a funcionar como una escribanía del Ejecutivo y aprobó este jueves la adjudicación del sistema de estacionamiento medido a Boldt Tech, la firma vinculada al histórico grupo Tabanelli, que maneja buena parte del negocio del juego en la provincia.
La sesión arrancó con más de dos horas de demora y un clima caliente. Afuera y adentro del recinto, los trabajadores municipales nucleados en el STM hicieron sentir su rechazo a la privatización del servicio, frenando el inicio de la jornada legislativa. En ese marco, durante el plenario a un representante gremial se le dio la palabra y habló en contra de la privatización. Además, se logró que se aprobara una comunicación instando al Ejecutivo a crear una mesa de trabajo entre la empresa adjudicataria, el municipio y el sindicato para coordinar la implementación del nuevo sistema.
Pese al ruido sindical y las críticas opositoras, el oficialismo avanzó sin titubeos. Con los votos del PRO, la Coalición Cívica, la UCR y La Libertad Avanza, el expediente se aprobó por mayoría. En contra votaron Unión por la Patria, el Frente Renovador y Acción Marplatense.
Boldt Tech se quedará con la concesión por nueve años —con posibilidad de prórroga por uno más— y administrará 3.818 plazas de estacionamiento en el centro. El contrato asegura rentabilidad a la empresa con dos mecanismos clave: la actualización automática del valor del servicio cada cuatro meses, atada al precio de la nafta premium de YPF, y un canon mínimo de 450 mil horas de estacionamiento por trimestre, cifra que la oposición considera inferior a la recaudación actual del sistema municipal.
La firma es una sociedad creada en 2023, casi al mismo tiempo que el Ejecutivo local lanzaba la privatización en el HCD— ofreció el 30% de canon para el Municipio y se impuso frente a cuatro competidoras. El apellido Tabanelli volvió a la escena: nueva razón social, misma historia. Domicilio declarado en Falucho 2299, pero dirección de operaciones en Capital. Las firmas locales como Núcleo, quedaron mirando desde afuera.
En criollo: el Ejecutivo le entregó una caja millonaria a una empresa privada, que tiene poca experiencia en el servicio y que tiene estrechos vínculos con el Estado, mientras los municipales protestaban en la puerta y la oposición cuestionaba la privatización del servicio. La “escribanía” volvió a funcionar a toda máquina.