La Tecla Mar del Plata
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Fernanda Raverta volvió a quedar en evidencia como la gran derrotada de la política marplatense. Su recorrido electoral en la última década exhibe un patrón que se repite: cada vez que compite en la ciudad contra Guillermo Montenegro, pierde. Y no solo pierde, sino que su caudal de votos se achica con cada intento.
En 2019, cuando disputó la intendencia, la candidata kirchnerista obtuvo 158.673 votos (37,9%), contra los 168.385 (40,2%) de Montenegro. Dos años después, en las legislativas de 2021, el Frente de Todos encabezado por Virginia Sívori llegó a 101.909 votos (27,9%), bastante más que en la actualidad, pero muy por debajo de los 170.132 votos (46,7%) que consiguió Juntos con Fernando Muro.
En 2023, Raverta intentó otro camino de la mano de Gustavo Pulti. Con Encuentro Marplatense cosechó 141.788 votos (36,2%), mientras que Montenegro se impuso con 161.375 (41,2%), quedándose nuevamente con la intendencia. El acuerdo le permitió al exintendente llegar a Diputados, pero dejó a la exANSES con otra derrota.
El último choque fue aún más contundente. En la disputa por el Senado bonaerense, Montenegro, como candidato de La Libertad Avanza, sacó en General Pueyrredon 138.251 votos (52,05%), contra los 97.602 (36,7%) de Raverta, una diferencia imposible de disimular.
En la Quinta Sección Electoral el escenario fue similar: Montenegro alcanzó 279.811 votos (42,04%), mientras Raverta quedó en 249.374 (37,4%). Aunque el margen allí fue menor, el intendente volvió a imponerse y confirmó que, en todos los planos, el electorado le da la espalda a la referente kirchnerista.
El derrotero muestra a una dirigente que no logra consolidar liderazgo territorial. Lejos de crecer, cada elección la encuentra más debilitada y sin capacidad de interpelar al votante local. En paralelo, dentro del peronismo ya se mueven distintos sectores que buscan ocupar ese vacío de cara a 2027.