La Fórmula 1 volvió a ser tema de conversación para los argentinos a mediados de 2024, cuándo la escudería Williams confirmó a Franco Colapinto como reemplazante de Logan Sargeant para las ocho carreras finales de dicha temporada. Con buenas actuaciones del pilarense, y tras décadas sin un compatriota en la Máxima, la fiebre por el pilarense copó todos los ámbitos.
La política no fue la excepción. El oficialismo tomó la delantera y agitó la botella de champagne al convocar una Mesa de Trabajo para concretar el retorno de la F1 a la Argentina con Mar del Plata como sede. Apoyados en un antiguo proyecto del kirchnerismo y en las reuniones de Daniel Scioli con altos dirigentes de la FIA, el Concejo le dio vía al proyecto en octubre del 2024.
El argentino cerró de manera compleja la temporada, con varios accidentes e inconvenientes, aunque dejó una gran impresión tanto en la escudería británica como en competidoras. Las semanas pasaron y Franco fue confirmado como piloto reserva de Alpine, la ex-Ranault. No obstante, tras irregulares rendimientos de uno de los titulares del equipo, la palabra Colapinto volvió a circular por la agenda.
"Parece que ya bajó la espuma del champagne, pasaron cinco meses y ni noticias de la Mesa", ironizó una fuente que recorre los pasillos del Concejo.
El caso trajo a colación otra fiebre deportiva: la que generó el Mundial 2022. Tras la consagración de Argentina en Qatar, la mesa de entradas del Legislativo se llenó de expedientes vinculadas a la gesta y a Emiliano "Dibu" Martínez, el arquero marplatense que fue clave para la victoria. No obstante, más de dos años después del hecho, muchos de los despachos cayeron en saco roto.