Se vienen las onceavas elecciones legislativas de la historia de Mar del Plata. Entre las primeras, en 1985, y las últimas, de 2021, la tendencia fue la de la consolidación de los oficialismos aunque también hubo tres importantes derrotas con un factor común: gobierno reelectos.
Las intermedias, más allá de su rol de recalibración del cuerpo deliberativo, siempre funcionaron cómo un termómetro para la gestión. De esa manera, se asemejaron a la defensa del título que un boxeador debe realizar luego de campeonar para demostrar su vigencia.
Para Guillermo Montenegro será el cuarto enfrentamiento a las urnas. Si se revisan los antecedentes, se trata de un momento "maldito" del ciclo de cada gobernante.
El radical Ángel Roig era una figura consolidada. En 1983 había sido ungido cómo el primer alcalde de la recién recuperada democracia. En el 85´ había revalidado con contundencia sacando más del doble de los votos que la lista competidora. En el 87´ había sido reelecto aunque con cierta merma de votos. La tendencia a la baja terminó de confirmarse en 1989, cuándo el radicalismo fue derrotado por el FREJUPO, el frente que llevó a Carlos Menem a la presidencia.
Otra boina blanca derrotado en la cuarta fue Elio Aurelio Aprile. El italiano había vencido por escaso margen Julio César Pettigiani en 1995, marcando así la vuelta del radicalismo tras cuatro años de Mario Russak y la UCeDé. En 1997, el profesor logró una de las victorias más contundentes de la historia marplatense con 160.964 votos contra los 70.143 del peronismo. Dichos comicios habían cobrado relevancia mayor luego del plebiscito dónde el alcalde preguntó a los vecinos si estaban dispuestos a pagar un importante aumento de las tasas.
En el último año del siglo XX, el radicalismo reconfirmó su potencia obteniendo el 61% de los votos. Luego de la cima vendrían años turbulentos. Allí aparecería la cuarta y su "maldición": en 2001, Acción Marplatense se alzaría con el triunfo y meses después, Aprile dejaría el cargo.
Fue justamente el partido de Gustavo Pulti, el tercer caso de gobierno reelecto que pierde en su cuarto compromiso. El ex-edil llegó al Palacio como alcalde en 2007 y obtuvo sendos triunfos en 2009 y 2011. En 2013 llegaría la primera derrota para el vecinalismo: el Frente Progresista Cívico y Social, con Vilma Baragiola a la cabeza, logró el 25,68% de los votos.