La pesca en general se encuentra en aguas tormentosas, aunque cómo afirman los popes de los muelles, el sector es heterogéneo y las realidades particulares, dispares. Uno de los complejos más afectados es el merlucero, el más preponderante para Mar del Plata.
La crisis se explica por una suba continúa de los costos operativos combinada con un baja histórica del precio internacional, dónde la especie alcanzó el punto más bajo en cinco años. Los más alarmistas aseveran qué "la ruptura en al cadena de pagos es inminente", aunque destacan qué aquellas empresas qué han diversificado actividades se encuentran "mejor paradas".
"La rueda se cortó", afirmó el titular de un importante astillero de la ciudad vinculado a la pesca durante la botadura 151° de la compañía. Sin ir más lejos, en los momentos precios de lanzar el buque fresquero al agua, aseguró qué la empresa armadora perdería dinero.
El malestar en la industria naval muestra qué el impacto no afecta sólo a la actividad primaria, la extracción per se, sino también a lo qué ocurre en tierra. La crisis del sector ya se hizo sentir en las plantas de procesamiento, con despidos masivos y tensas escenas cómo la de la represión de Prefectura Naval Argentina de hace algunas semanas.