Cuándo se habla de "la pesca" en realidad, se evocan con un sin fin de actividades derivadas de la extracción primaria: procesamiento, transporte, carga y descarga, exportación, etc. A esas, hay que agregar las vinculadas a los artefactos navales, es decir, la construcción y reparación de buques.
La industria naval, qué en un principio vio con buenos ojos las desregulaciones y medidas de Javier Milei, comenzó a mostrarle los dientes al gobierno nacional. Es qué el efecto en cadena que produce la crisis en la pesca se refleja también en menor cantidad de pedidos de renovación de flota o construcción de nuevas naves.
El presidente de uno de los astilleros más relevantes de la ciudad en materia de buques pesqueros, expresó la desilusión a días de la botadura número 151 de la empresa. "Vaso medio vacío: es la tercera grada que desocupamos y que no es ocupada por una nueva obra. Se está frenando la rueda", explicitó.
"Especialmente en la pesca fresquera que no sea Rawson. Sin rentabilidad nadie piensa en renovar flota", agregó luego dejando también entrever la crisis particular que tiene la actividad pesquera marplatense con el crecimiento de los muelles patagónicos.