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Redacción
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Los enclaves de Provincia en "La Feliz"
El gobierno bonaerense cuenta con varias entidades y obras que tensionan la relación con la comuna. Del HIGA y IOMA, hasta “La Rambla” y Mogotes. La situación en cada caso.
Las urnas le dieron crédito por otros cuatro años tanto a Guillermo Montenegro como a Axel Kicillof. La relación entre ambos mandatarios en el período 2019-2023 fue tensa y estuvo marcada por las acusaciones cruzadas, teniendo escasos momentos de alivio. Una de las interrogantes en un escenario político novedoso es cómo evolucionaría el vínculo entre el alcalde y el gobernador y la respuesta, 9 meses después, es la continuidad y la escalada de los escarceos. Muchas de las reyertas están vinculadas a distintos “enclaves” que la Provincia tiene en la comuna, es decir, instituciones, obras y administraciones bajo la gestión de calle 6.
“En Mar del Plata hay islas provinciales de abandono”, aseguró a La Tecla Alejandro “Ruso” Rabinovich, senador provincial del Pro y hombre fuerte de Montenegro. “Claramente tenemos diferencias de gestión con el gobernador: ellos proponen un Estado cada vez más grande y realizan de manera constante promesas de campaña”, agregó y puso como casos paradigmáticos al Espigón 9 o al nuevo hospital interzonal del sudeste anunciado en septiembre del 2023. A eso, el legislador sumó a “La Rambla”, obra paradigmática de las tensiones entre La Plata y “La Feliz”, que contó con al menos cinco llamados a licitación nunca concretados. “Hay muchas cuestiones que nosotros, sin tener los mismos recursos, nos hacemos cargo”, sentenció en referencia a la coparticipación. “Lo decimos desde el principio: en la relación de recursos por habitantes estamos en el último puesto de los 135 municipios de la Provincia”, concluyó en torno a fondos y partidas, tema sensible entre ambas administraciones.
El rubro más sensible de los “enclaves” de la gestión Kicillof es la salud, con dos focos de tensión que sobresalen. Por un lado, el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), con conflictos constantes por las falencias tanto de infraestructuras como de insumos y personal. Estuvo varios meses con obras provinciales solo dirigidas a la fachada del edificio, algo que desde el oficialismo local tildaron de “maquillaje”. La atención deficitaria del nosocomio, que recibe pacientes de más de una docena de comunas, prometió tener una solución en la campaña de las generales. Se dijo que formaría parte de una serie de edificios distribuidos en el sudeste bonaerense, con otras sedes en Necochea y Villa Gesell, conformando un “polo sanitario” de la zona. No obstante aún no se iniciaron obras, ni se estipularon plazos y montos. “Solo tienen títulos y maquetas”, ironizaron desde las entrañas del Palacio Municipal.
Por otro, la situación del Instituto Obra Médica Asistencial (IOMA) que en Mar del Plata cuenta con la friolera de más de 100.000 afiliados. La situación de la obra social bonaerense es precaria y reporta con frecuencia conflictos en sedes y consultorios que van desde el cese de vínculos contractuales a encadenamiento de pacientes. El tema se volvió una fuente de inspiración para el interbloque de Juntos que elaboró comunicaciones, mesas de trabajo y otros proyectos dónde se cuestiona el accionar del Ejecutivo provincial.
Una batalla de larga data -que excede las administraciones de Kicillof y Montenegro- es la del control Complejo de Punta Mogotes. El anuncio del pago de la deuda por parte de la comuna agitó las aguas. Según pudo saber este medio Provincia contestó la carta aseverando que la comuna “no tiene jurisdicción para pagar”. El gobierno bonaerense no cree que llegue a judicializarse. “Montenegro siempre busca enfrentamiento pero el gobernador no tiene intención de pelear con ningún municipio”, soslayaron. La disputa no es menor: se trata de 24 balnearios a los que se suman kioscos, restaurantes, grandes parcelas de estacionamiento e incluso lagunas. Si bien la necesidad de renovación es compartida por ambas administraciones, las formas no lo son: mediante recursos del CFI, la Provincia encargó un “masterplan” a la Universidad Atlántida. El Ejecutivo local, por su parte, busca generar “un nuevo centro hacia el sur” que incluye el avance inmobiliario y la modernización de la zona. La fecha clave es 2026, cuando se vencen las actuales concesiones que los privados mantienen con la Administración de Punta Mogotes (APM).
El puerto es otra arena de disputas. Aunque esté emplazada físicamente en la ciudad, los movimientos del Consorcio Portuario Regional son prestidigitados desde La Plata. Allí se desarrolla una batalla silenciosa por las autorías de las buenas nuevas de los muelles. Por ejemplo, con la llegada de la naviera francesa CMA-CGM, que con recaladas semanales, conecta “La Feliz” con Santos. Algo similar ocurrió con el off-shore, dónde nunca se lograron fotos ni crédito compartido. La ciudad también sirve como parada política para Kicillof en el marco de eventos como los congresos productivos o de salud dónde el mandamás bonaerense suele lanzar palos tanto la administración nacional como a la de la comuna. A su vez, a cada paso del gobernador, el oficialismo local sale fuerte contra las falencias de los “enclaves” provinciales.
“En Mar del Plata hay islas provinciales de abandono”, aseguró a La Tecla Alejandro “Ruso” Rabinovich, senador provincial del Pro y hombre fuerte de Montenegro. “Claramente tenemos diferencias de gestión con el gobernador: ellos proponen un Estado cada vez más grande y realizan de manera constante promesas de campaña”, agregó y puso como casos paradigmáticos al Espigón 9 o al nuevo hospital interzonal del sudeste anunciado en septiembre del 2023. A eso, el legislador sumó a “La Rambla”, obra paradigmática de las tensiones entre La Plata y “La Feliz”, que contó con al menos cinco llamados a licitación nunca concretados. “Hay muchas cuestiones que nosotros, sin tener los mismos recursos, nos hacemos cargo”, sentenció en referencia a la coparticipación. “Lo decimos desde el principio: en la relación de recursos por habitantes estamos en el último puesto de los 135 municipios de la Provincia”, concluyó en torno a fondos y partidas, tema sensible entre ambas administraciones.
El rubro más sensible de los “enclaves” de la gestión Kicillof es la salud, con dos focos de tensión que sobresalen. Por un lado, el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), con conflictos constantes por las falencias tanto de infraestructuras como de insumos y personal. Estuvo varios meses con obras provinciales solo dirigidas a la fachada del edificio, algo que desde el oficialismo local tildaron de “maquillaje”. La atención deficitaria del nosocomio, que recibe pacientes de más de una docena de comunas, prometió tener una solución en la campaña de las generales. Se dijo que formaría parte de una serie de edificios distribuidos en el sudeste bonaerense, con otras sedes en Necochea y Villa Gesell, conformando un “polo sanitario” de la zona. No obstante aún no se iniciaron obras, ni se estipularon plazos y montos. “Solo tienen títulos y maquetas”, ironizaron desde las entrañas del Palacio Municipal.
Por otro, la situación del Instituto Obra Médica Asistencial (IOMA) que en Mar del Plata cuenta con la friolera de más de 100.000 afiliados. La situación de la obra social bonaerense es precaria y reporta con frecuencia conflictos en sedes y consultorios que van desde el cese de vínculos contractuales a encadenamiento de pacientes. El tema se volvió una fuente de inspiración para el interbloque de Juntos que elaboró comunicaciones, mesas de trabajo y otros proyectos dónde se cuestiona el accionar del Ejecutivo provincial.
Una batalla de larga data -que excede las administraciones de Kicillof y Montenegro- es la del control Complejo de Punta Mogotes. El anuncio del pago de la deuda por parte de la comuna agitó las aguas. Según pudo saber este medio Provincia contestó la carta aseverando que la comuna “no tiene jurisdicción para pagar”. El gobierno bonaerense no cree que llegue a judicializarse. “Montenegro siempre busca enfrentamiento pero el gobernador no tiene intención de pelear con ningún municipio”, soslayaron. La disputa no es menor: se trata de 24 balnearios a los que se suman kioscos, restaurantes, grandes parcelas de estacionamiento e incluso lagunas. Si bien la necesidad de renovación es compartida por ambas administraciones, las formas no lo son: mediante recursos del CFI, la Provincia encargó un “masterplan” a la Universidad Atlántida. El Ejecutivo local, por su parte, busca generar “un nuevo centro hacia el sur” que incluye el avance inmobiliario y la modernización de la zona. La fecha clave es 2026, cuando se vencen las actuales concesiones que los privados mantienen con la Administración de Punta Mogotes (APM).
El puerto es otra arena de disputas. Aunque esté emplazada físicamente en la ciudad, los movimientos del Consorcio Portuario Regional son prestidigitados desde La Plata. Allí se desarrolla una batalla silenciosa por las autorías de las buenas nuevas de los muelles. Por ejemplo, con la llegada de la naviera francesa CMA-CGM, que con recaladas semanales, conecta “La Feliz” con Santos. Algo similar ocurrió con el off-shore, dónde nunca se lograron fotos ni crédito compartido. La ciudad también sirve como parada política para Kicillof en el marco de eventos como los congresos productivos o de salud dónde el mandamás bonaerense suele lanzar palos tanto la administración nacional como a la de la comuna. A su vez, a cada paso del gobernador, el oficialismo local sale fuerte contra las falencias de los “enclaves” provinciales.