El crecimiento de la población y la expansión de las ciudades reconfiguran de forma paulatina y constante el ordenamiento territorial de las mismas. Dicha progresión requiere de una legislación que acompañe y se adecue a las nuevas realidades. Un ejemplo reciente es el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que lanzó esta semana una propuesta de Código Urbanístico que renueva los cimientos de la vigente hasta ahora.
Una de los puntos centrales del mismo es evitar lo que llamaron el "Buenos Aires todo construible", es decir, escasos límites para el avance inmobiliario. A su vez, según indicaron desde el gobierno porteño, la idea es consolidar las áreas más postergadas, como el sur, y no recargar las más impactadas por el rubro.
No obstante, en General Pueyrredon, otro importante distrito Pro, la situación es bien distinta. El Código de Ordenamiento Territorial (C.O.T.) carga con 24 años encima, una verdadera normativa añejada en barrica.
La decisión política en dos décadas y media fue, ante la falta de visión estratégica, la del remache parcial. Así lo prueban las decenas de modificaciones sobre la Ordenanza 13.231 ocurridas a la fecha.