El temporal que azotó a Bahía Blanca se cobró, hasta ahora, 16 víctimas y dejó una ciudad destrozada. El hecho, que repercutió en toda la Argentina, hizo particular eco en Mar del Plata, dónde se esperaba que la tormenta golpeó con la misma fuerza, cosa qué finalmente no ocurrió. No obstante, los eventos del fin de semana dejaron marca y abrieron una nueva grieta por el manejo en torno a este tipo de hechos.
En las últimas horas, uno de los que salió a la carga fue Gustavo Pulti, diputado provincial de Unión por la Patria, que busca, desde su asunción, mostrarse cómo una de las espadas de Kicillof en la Quinta Sección. El ex-alcalde de Gral. Pueyrredon salió con un aleccionador posteo llamado " ACCIONAR PARA NO LLORAR".
No obstante, el posteo del
otrora vecinalista dejó un tendal de "medias verdades" qué contrastan con la realidad práctica. En primer lugar, Pulti utilizó un cálculo en desuso: el del promedio de lluvia por hora.
Dicha metodología dejó de utilizarse en la ciudad tras el gran temporal del año 2003 por una razón matemática: si caen 200mm en cuatro horas, podrían estimarse desagües para 50mm, y verse desbordados por precipitaciones puntuales más fuertes. Es por eso que se había empezado a utilizar el criterio de lluvia máxima. En otras palabras, se tiene en cuenta el peor escenario posible, algo que también se entiende al calor del cambio de régimen de lluvias de las últimas décadas.

Algunas voces también hicieron un señalamiento al rol de Provincia, de quién dependen, en la teoría, los perfilamientos de los arroyos, estén estos a la vista o entubados. El último accionar provincial se habría dado durante la gestión de Felipe Solá, en el año 2004. Luego, sería muchas veces OSSE el encargado de tareas vinculados a retirar basura o marcar ciertos límites de los cauces. En 2017, en el marco de la administración Arroyo, la empresa estatal realizó un fuerte reclamo a Vidal luego de un trabajo sobre el arroyo La Tapera. Dicha tarea, durante el kicillofismo, habría sido inexistente.
Otro punto crítico de la alocución del ex-alcalde se remite a las obras: durante el pultismo se adjudicó y licitó la obra del Arroyo del Barco y comenzó la del colector Marcos Sastre. El resto de las grandes obras pluviales corresponde a períodos anteriores.
El ejemplo del barrio Autódromo Uno de los puntos sensibles de la cuestión de las inundaciones procede del trazado urbano. En el caso de Mar del Plata, el ejemplo más claro es el del barrio Autódromo, dónde, según distintas miradas técnicas, nunca debería haber acogido un barrio. De hecho, en la cartografía de ARBA se ve una gran parcela sin lotear. ¿El motivo? Nunca se le otorgó la factibilidad hidraúlica por los riegos de inundación.
El caso del Autódromo, así cómo de muchas de las barriadas del noroeste, se construyó a base de permisos opacos de la política, una práctica que persistió en todas las gestiones municipales.