La Tecla Mar del Plata
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La construcción fue el gran caballito de batalla del gobierno de Guillermo Montenegro y todo indica que el sector no piensa soltar la manija con el recambio que se viene en el Municipio. Entre prórrogas, beneficios y lobby, el Régimen de Incentivos a la Construcción vuelve al centro de la escena, reeditando tensiones con la oposición y dejando al descubierto una trama donde el ladrillo sigue marcando el pulso de la política local.
El Régimen, creado en 2021 mediante las ordenanzas 25.113 y 25.114, nació en plena pandemia con el argumento de sostener el empleo y reactivar un rubro paralizado. Permitía ampliar la capacidad edilicia y la altura de los emprendimientos privados iniciados entre 2019 y 2020. Lo que comenzó como un alivio temporal se transformó, con el paso de los años, en una herramienta estructural para el desarrollo —y las excepciones— en la ciudad.
Ahora, con los plazos vencidos, los proyectos para estirar su vigencia hasta 2027 ya ingresaron al Concejo Deliberante. En la Comisión de Obras, presidida por la edil de la Coalición Cívica, Angélica González, la prórroga fue aprobada sin sobresaltos. Pero el expediente se trabó en Legislación, donde el radical Daniel Núñez espera los informes técnicos antes de avanzar.
En paralelo, el Foro de la Construcción volvió a moverse con su manual conocido: reuniones discretas, pedidos al Ejecutivo y presión sobre los concejales para que el régimen no pierda vigencia. El sector busca asegurar su continuidad antes de que el nuevo esquema político se acomode y redefina prioridades.
El programa, además, prorrogó los incrementos transitorios para distritos de alta y media densidad —del R1 al R4 y del C1 al C3— dentro del Código de Ordenamiento Territorial. En la práctica, eso implicó una flexibilización de los indicadores urbanísticos y una avalancha de pedidos de excepción que desbordaron el sistema.
El gran pendiente sigue siendo la Ordenanza 25.115, que debía establecer un mecanismo de compensaciones urbanísticas como contrapeso a los beneficios. Su aplicación, una vez más, fue postergada hasta 2026. Así, los desarrolladores continúan sumando ventajas sin un equilibrio real en materia de planificación.
Con el correr de los años, el Régimen de Incentivos dejó un saldo evidente: más expedientes que planificación, más metros construidos que discusión sobre el modelo de ciudad. Ahora, la discusión que se abre en el Concejo no solo es técnica o normativa. Es política. Porque el ladrillo —otra vez— se ubica en el centro del tablero de poder local y busca asegurarse un lugar privilegiado en la nueva etapa que comienza.