La Tecla Mar del Plata
Todos los derechos reservados
El fallo judicial que inhabilita de por vida a ejercer a Cristina Fernández de Kirchner no sólo deja a una gran masa de votantes sin su principal referente político, sino que también implica una desnacionalización del escenario electoral: las elecciones municipales y provinciales ya no serán arrastradas por la influencia de una figura nacional fuerte. En Mar del Plata, el impacto es inmediato y concreto. Fernanda Raverta —quien acumula derrotas desde 2011 en distintas categorías— ya no podrá respaldarse en el impulso que le daba la boleta nacional. Sin Cristina y sin Nación, su candidatura vuelve a ser un déjà vu de una candidatura que insiste en tropezar con la misma elección.
Ante la -cada vez más-posible alianza entre el PRO y La Libertad Avanza y el radicalismo Abadista, el panorama se tensiona. Pero si Unión por la Patria logra interpretar el vacío de liderazgo que deja la salida de Cristina basado en un relato de proscripción y lo convierte en motor de reconfiguración, una nueva unidad con Acción Marplatense y el resto de las fuerzas progresistas podría traducirse en un frente con fuerza real en la quinta sección. No hay una certeza, pero sí una oportunidad: los cambios de escenario obligan a repensar estrategias, alianzas y liderazgos.
Si logran leer el nuevo escenario y correrse del juego de los nombres propios, podrían —por primera vez en mucho tiempo— articular una estrategia competitiva en la quinta sección. La clave será si logran transformar la orfandad en organización, o si una vez más dejarán pasar la oportunidad mientras del otro lado se ordenan para ganar.