Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) irrumpieron cómo Ley en el año 2009 y fueron implementadas por primera vez en las elecciones generales del 2011. No se trató de una mera cuestión formal, sino de un cambio de paradigma en como los partidos encaran un proceso eleccionario.
Ahora, gracias al voto del Congreso, las PASO fueron suspendidas para el tramo nacional de los cargos en disputa, es decir, diputados y senadores. Esto, combinado con la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) implica una fuerte reconfiguración para la política que, durante siete turnos electorales había pensando estrategias y alianzas con las primarias cómo mecanismo o bien como encuesta.
Las miradas se posan en la política bonaerense que, por el momento, mantiene tanto las PASO como la lista sábana. No obstante, la incertidumbre y los acotados tiempos del año electoral, obligan a los ingenieros de campaña a desempolvar los viejos manuales pre-primarias.
La eventual quita de las internas contrasta con una era marcada por las coaliciones más que por los partidos fuertes. Gral. Pueyrredon es una muestra de esto último.
Tras la era de la UCR (20) y Acción Marplatense (8) como partidos únicos, la coalición Cambiemos -luego JxC- irrumpió en la ciudad en un período que ya se extendió por diez años. Un dato no menor: tanto Carlos Arroyo como Guillermo Montenegro en su primera elección, llegaron a la cabeza de lista tras una interna.