La Tecla Mar del Plata
Redacción
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Serga.NET
28 de enero de 2025
Los grandes eventos y el nuevo público
El Ejecutivo apuesta por el retorno de los jóvenes y por el sector de alto poder adquisitivo. Shows y acontecimientos deportivos, son los motores de reformas en servicios y urbanísticas.
En medio de la temporada, el Ejecutivo anunció la postulación de Mar del Plata cómo sede para los VI Juegos Suramericanos de Playa que tendrán lugar en el 2027. La presentación, de la qué participaron el secretario Daniel Scioli y el intendente Guillermo Montenegro, coincide con los 30 años de los Panamericanos celebrados en “La Feliz” y que supusieron un importante cambio en materia de infraestructura y servicios para la comuna.
Si bien el torneo playero no traerá obras de envergadura cómo podrían haber sido en su momento el Polideportivo, sí servirán cómo catalizador de la reforma del frente costero y del avance en materia de conectividad. El caso refleja uno de los rumbos tomados por el gobierno: a falta de un “plan estratégico”, cómo los esbozados en la primera parte de los 2000, son los grandes eventos los que marcan la pauta de la ciudad del futuro.
La licitación internacional de los estadios José María Minella y el Polideportivo Islas Malvinas pueden leerse en esa clave. Dentro de un pliego laxo en materia de obras obligatorias o mínimas, la principal exigencia del Ejecutivo fue en torno a un mínimo de eventos: más de 20 por año. La longitud de la concesión habla de su caracter proyectivo: los ganadores de la licitación explotarán el sitio por cuatro décadas.
Dicho caso subraya el mantra del gobierno, dónde son los privados los catalizadores de reformas y avances, siendo el Estado un facilitador desde el punto de vista burocrático. Sin ir más lejos, mediante el sistema de “padrinazgo” la gestión Montenegro anunció con bombos y platillos la renovación de plazas, puentes y otros espacios públicos, qué a parte de lo estético, ganaron en servicios.
Esta dinámica es especialmente notoria en el sur de la ciudad, dónde se vive un boom de aperturas comerciales, barrios cerrados y fiestas con artistas de renombre internacional. Lo que trae a colación el otro gran objetivo del gobierno: la captación de un nuevo público.
Una de las apuestas post-pandemia del Ejecutivo fue el retorno de los jóvenes que en las últimas décadas habían migrado a otros destinos costeros cómo Villa Gesell o Pinamar. Nichos cómo las fiestas electrónicas pusieron a Mar del Plata cómo una parada obligada del verano para ciertas porciones de la juventud. La proliferación de cervecerías artesanales, qué existían en La Feliz desde fines de los 90´ y vivieron un boom en los últimos diez años, así cómo de destilerías de gin, acentuaron el atractivo juvenil de la comuna.
“Mar del Plata ha cambiado mucho su público, últimamente vienen chicos de 18 a 30 años gracias a las fiestas, cervecerías, casas de gin, la ciudad se convirtió en un destino para gente joven”, aseguraron en el comienzo de la temporada desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica. Las estimaciones del gobierno indican que el 45% de los arribos corresponde a dicha fracción
Los jóvenes no son los únicos apuntados por el proyecto de la “Mar del Plata del Sí”. En el Ente Municipal de Turismo y Cultura identificaron un público en ascenso proveniente de los países limítrofes de sudamérica, qué le da vuelo a la intención de la ciudad cómo destino internacional. En esa línea, también, cobra sentido la fuerte presencia marplatense en las actividades de la secretaría de Turismo, Ambiente y Deporte que conduce Scioli en ferias del sector a lo largo del globo.
Desde el gobierno también señalan que los sectores más tradicionales continúan arribando en buen número. Las familias se asientan en el centro mientras qué la zona de Chapadmalal, a pesar de su “boom”, continúa siendo la elección más agreste y de descanso.
Por último, desde la construcción, se buscó la vuelta de un público ABC1, con capacidad de compra y sostén de unidades en las grandes torres del skyline marplatense, en especial sobre la costa. Buena parte de los metros cuadrados aprobados por la Secretaría de Obras, pertenece a ese tipo de emprendimientos. La búsqueda fue sintetizada por Guillermo Montenegro en el debate por Punta Mogotes: “Veo la foto y es la misma posta de los 80´”. Los signos de dicho avance son dos torres ubicadas en la zona de Varese qué, con más de 30 pisos, se asemejan al edificio Demetrio Elíades -el “Havanna”- , el más icónico y sólo por ahora, el más alto de la ciudad.
Otra gran porción son las urbanizaciones cerradas qué comenzaron a poblar el sudoeste de la comuna. La disputa por la reforma de la Av. Jorge Newbery y la apertura de un hipermercado con discurso de Milei, son algunos de los guiños que acompañan el fervor inmobiliario. La continuidad de los regímenes de incentivos a la construcción, así cómo los créditos del Banco Nación y otros cambios excepciones al C.O.T. marcan la pauta de una política continuista tanto para el sector productivo cómo para sus clientes.
El boom de la construcción puede sintetizarse en el número de metros cuadrados construidos y visados. En 2023 fueron 347.824, cifra que creció un 15% en el 2024, llegando a los 400.052m2. Buena parte de esas iniciativas son privadas, siendo la obra pública un porcentaje mínimo. Con los grandes eventos y los nuevos públicos cómo mascarón de proa y guiños desde Nación, el gobierno de Montenegro busca afrontar los tres años restantes de mandato pero generar cambios más allá del 27´.
Si bien el torneo playero no traerá obras de envergadura cómo podrían haber sido en su momento el Polideportivo, sí servirán cómo catalizador de la reforma del frente costero y del avance en materia de conectividad. El caso refleja uno de los rumbos tomados por el gobierno: a falta de un “plan estratégico”, cómo los esbozados en la primera parte de los 2000, son los grandes eventos los que marcan la pauta de la ciudad del futuro.
La licitación internacional de los estadios José María Minella y el Polideportivo Islas Malvinas pueden leerse en esa clave. Dentro de un pliego laxo en materia de obras obligatorias o mínimas, la principal exigencia del Ejecutivo fue en torno a un mínimo de eventos: más de 20 por año. La longitud de la concesión habla de su caracter proyectivo: los ganadores de la licitación explotarán el sitio por cuatro décadas.
Dicho caso subraya el mantra del gobierno, dónde son los privados los catalizadores de reformas y avances, siendo el Estado un facilitador desde el punto de vista burocrático. Sin ir más lejos, mediante el sistema de “padrinazgo” la gestión Montenegro anunció con bombos y platillos la renovación de plazas, puentes y otros espacios públicos, qué a parte de lo estético, ganaron en servicios.
Esta dinámica es especialmente notoria en el sur de la ciudad, dónde se vive un boom de aperturas comerciales, barrios cerrados y fiestas con artistas de renombre internacional. Lo que trae a colación el otro gran objetivo del gobierno: la captación de un nuevo público.
Una de las apuestas post-pandemia del Ejecutivo fue el retorno de los jóvenes que en las últimas décadas habían migrado a otros destinos costeros cómo Villa Gesell o Pinamar. Nichos cómo las fiestas electrónicas pusieron a Mar del Plata cómo una parada obligada del verano para ciertas porciones de la juventud. La proliferación de cervecerías artesanales, qué existían en La Feliz desde fines de los 90´ y vivieron un boom en los últimos diez años, así cómo de destilerías de gin, acentuaron el atractivo juvenil de la comuna.
“Mar del Plata ha cambiado mucho su público, últimamente vienen chicos de 18 a 30 años gracias a las fiestas, cervecerías, casas de gin, la ciudad se convirtió en un destino para gente joven”, aseguraron en el comienzo de la temporada desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica. Las estimaciones del gobierno indican que el 45% de los arribos corresponde a dicha fracción
Los jóvenes no son los únicos apuntados por el proyecto de la “Mar del Plata del Sí”. En el Ente Municipal de Turismo y Cultura identificaron un público en ascenso proveniente de los países limítrofes de sudamérica, qué le da vuelo a la intención de la ciudad cómo destino internacional. En esa línea, también, cobra sentido la fuerte presencia marplatense en las actividades de la secretaría de Turismo, Ambiente y Deporte que conduce Scioli en ferias del sector a lo largo del globo.
Desde el gobierno también señalan que los sectores más tradicionales continúan arribando en buen número. Las familias se asientan en el centro mientras qué la zona de Chapadmalal, a pesar de su “boom”, continúa siendo la elección más agreste y de descanso.
Por último, desde la construcción, se buscó la vuelta de un público ABC1, con capacidad de compra y sostén de unidades en las grandes torres del skyline marplatense, en especial sobre la costa. Buena parte de los metros cuadrados aprobados por la Secretaría de Obras, pertenece a ese tipo de emprendimientos. La búsqueda fue sintetizada por Guillermo Montenegro en el debate por Punta Mogotes: “Veo la foto y es la misma posta de los 80´”. Los signos de dicho avance son dos torres ubicadas en la zona de Varese qué, con más de 30 pisos, se asemejan al edificio Demetrio Elíades -el “Havanna”- , el más icónico y sólo por ahora, el más alto de la ciudad.
Otra gran porción son las urbanizaciones cerradas qué comenzaron a poblar el sudoeste de la comuna. La disputa por la reforma de la Av. Jorge Newbery y la apertura de un hipermercado con discurso de Milei, son algunos de los guiños que acompañan el fervor inmobiliario. La continuidad de los regímenes de incentivos a la construcción, así cómo los créditos del Banco Nación y otros cambios excepciones al C.O.T. marcan la pauta de una política continuista tanto para el sector productivo cómo para sus clientes.
El boom de la construcción puede sintetizarse en el número de metros cuadrados construidos y visados. En 2023 fueron 347.824, cifra que creció un 15% en el 2024, llegando a los 400.052m2. Buena parte de esas iniciativas son privadas, siendo la obra pública un porcentaje mínimo. Con los grandes eventos y los nuevos públicos cómo mascarón de proa y guiños desde Nación, el gobierno de Montenegro busca afrontar los tres años restantes de mandato pero generar cambios más allá del 27´.