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Jueves, 26 diciembre 2024
Argentina
10 de diciembre de 2024

Luces y sombras de los cinco años de Kicillof

El Gobernador bonaerense llega a su quinto aniversario al frente de la provincia de Buenos Aires con fortalezas y debilidades. La evolución de su figura política, el distanciamiento con Cristina y los desafíos por venir

Luces y sombras de los cinco años de Kicillof
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Axel Kicillof cumple cinco años al frente de la provincia de Buenos Aires y ya se prepara para dar su próximo salto en medio de un contexto político, social y económico convulsionado. El máster en gestión que realiza desde el 2019 -con reelección de por medio- lo posiciona como una de las principales esperanzas del peronismo. La emancipación de su madre política es resistida por el cristinismo y mira hacia el 2027 con intenciones presidenciales. 

Desde el arribo a la Gobernación con el Renault Clio a la actualidad ha corrido mucha agua bajo el puente y el Gobernador ha mostrado un crecimiento político que genera rispideces en el kirchnerismo. Al mando de un barco que ya ha atravesado varias tormentas de diferentes calibres, comenzó a dejar atrás su rol de un mero administrador para convertirse en un dirigente con autonomía y capacidad de dirección.

La maduración de una partitura en la que pretende componer nuevas melodías tuvo momentos candentes que se expresaron en conflictos determinados a lo largo de su gestión. Grandes reclamos que estallaron como la protesta policial de 2020 y la toma de tierras en Guernica con un violento desalojo; la intervención de su gabinete en el 2021 a manos de Máximo Kirchner tras la derrota electoral y la salida de Martín Insaurralde del Gobierno -con escándalo mediático de por medio- en 2023, fueron algunos episodios que marcaron a fuego su administración.

Por supuesto, merece un capítulo aparte la llegada de la pandemia de Covid-19 y las dificultades para abordar la emergencia sanitaria con un sistema de salud aniquilado ante años de desinversión. La coordinación con Nación y CABA también fue vital para contener las demandas que surgían por parte de millones de bonaerenses.

De todos modos, en el plano netamente político lo que comienza a torcer el destino de Kicillof es la profundización del distanciamiento con Máximo Kirchner desde el 2021. Por consiguiente, el desgaste con La Cámpora se aceleró al punto de un quiebre en el kirchnerismo originario con posteriores reacomodamientos. 

Las tensiones no resueltas, además de provocar grietas en el mundo K, decantaron en un enfrentamiento entre Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner. La novedad en el mapa político tiene en vilo al peronismo, que no logra salir de crisis y no encuentra un consenso para una jefatura unificada con CFK como presidenta del PJ nacional y MK en la provincia de Buenos Aires.

La gestación de líder en proceso del Gobernador llena de expectativas a una diversidad de sectores desencantados no sólo con el camporismo, sino también con la forma de conducción que se lleva a cabo desde hace 20 años en el peronismo. Si bien Cristina logra retener el rol de principal opositora al gobierno de Javier Milei, no puede pararse como la jefa de todo el justicialismo más allá de ostentar su cargo partidario institucional que hasta no hace mucho tiempo desdeñaba. 

Los desafíos que tiene Kicillof son muchos y para nada fáciles, sobre todo cuando el Gobierno nacional implementa un ajuste brutal con especial ensañamiento en la provincia de Buenos Aires. Mientras agarra el timón de la gestión, debe ir en busca del bastón de mariscal para erigirse finalmente no sólo como un candidato a presidente, sino también como un conductor con capacidad de decisión.

En diálogo con La Tecla, el politólogo Julio Burdman habló sobre el perfil del Gobernador y su proyección luego de cinco años al frente del Ejecutivo bonaerense. En ese sentido, manifestó que “la gestión bonaerense nunca da alegrías. Nunca hubo ningún gobernador bonaerense que haya podido crecer políticamente sobre la base de su gestión. Digamos que crecieron políticamente con valores y con conceptos al margen de la calidad de la gestión, algo muy difícil de demostrar en una provincia tan compleja, sobre todo en materia de servicios públicos básicos”. 

“Creo que Kicillof logró, para este año, despegarse de Cristina en las encuestas. Él tiene una valoración de los bonaerenses que es distinta a la que tiene Cristina. Está bastante por encima y eso es hoy su logro”, añadió.

Asimismo, Burdman consideró que “todavía falta como la segunda parte de esto, es como que vimos una historia en un solo capítulo. Tiene que desarrollar, para la segunda mitad de su mandato, una identidad propia con nuevas categorías y nuevos conceptos, para poder diferenciarse definitivamente de Cristina”.

En cuanto al problema que significa el rol de CFK, sostuvo que “la diferenciación, no digo que tenga que ser necesariamente ideológica, pero tiene que tener una marca propia que le permita a él ser él mismo y ser un candidato con fuerza propia. Él tiene ya los antecedentes para hacerlo, pero no es tan fácil esa parte”.

Más adelante, explicó que “en este momento la contendiente del mileísmo es Cristina, pero creo que en el largo plazo Kicillof tiene condiciones para ser un candidato opositor. Todavía tiene que desenredarse la narrativa y el espectáculo que se está planteando entre el mileísmo y el cristinismo. Mientras esto esté dominante, la figura de Kicillof queda opacada. Pero creo que tiene que guardarse, dejar que este juego se desarrolle en tiempo presente y fortalecer su perfil a futuro para poder competir con Milei en 2027”.

“Kicillof está en otro juego, no está en el juego de la oposición, está en el de la gestión, pero cuando él quiera convertir su gestión en una bandera opositora y quiera presentarse como candidato va a tener que competir con Cristina. Entonces, el problema de Kicillof no es ni el liderazgo del peronismo, ni ser el más popular, es ser el que represente la voz opositora en el futuro”, finalizó.


Luces y sombras de los cinco años de Kicillof


EL DESPEGUE
La emancipación que marca una nueva etapa en el peronismo

La derrota del peronismo a nivel nacional a mano de Javier Milei, pero con el objetivo logrado de retener la provincia de Buenos Aires abrió una nueva etapa en el justicialismo. La crisis por el recambio de liderazgos se profundizó y emergió con fuerza la figura de Axel Kicillof. En este marco, el Gobernador comenzó un proceso emancipatorio que lo distancia de su madre política, Cristina Fernández de Kirchner.

El cortocircuito entre ambos tiene en vilo a toda la estructura de Unión por la Patria y genera un cimbronazo en el kirchnerismo en particular. Kicillof comenzó a encolumnar a una diversidad de sectores que se desencantaron con La Cámpora y el Instituto Patria y piden que sea la renovación dirigencial para los tiempos que corren y los que vienen.

Sin embargo, el camino hacia la emancipación presenta dificultades para el Gobernador bonaerense ya que Cristina Fernández de Kirchner ha resuelto retomar la senda del protagonismo en el ámbito político. La expresidenta pudo hacerse con la titularidad el Partido Justicialista nacional, pero le costó mucho más de lo esperado por lo que fue una clara señal de que carece de consenso mayoritario. Asimismo, Javier Milei hizo a un lado su pelea con el mandatario provincial y ahora carga sus tintas contra CFK.

Que Kicillof no haya manifestado su apoyo a Cristina para presidir el PJ fue un punto de inflexión en la relación entre ambos, que quedó reflejado en el acto del 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo. Las acciones de autonomía política que muestra el Gobernador molestan al camporismo, que sostiene que la conductora del espacio es CFK. A su vez, en el kicillofismo reclaman una banca explícita al Gobierno bonaerense.



MILEI PRESIDENTE
El enemigo en la Rosada: un año de batalla política e ideológica

El principal enemigo para Axel Kicillof en el último año calendario fue el Gobierno nacional que encabeza Javier Milei. Desde el 10 de diciembre de 2023 la relación entre la Casa Rosada y la provincia de Buenos Aires se ha desarrollado con momentos de plena tensión a causa del brutal ajuste que implementó el Presidente y los constantes reclamos realizados por el Gobernador. 

El último informe publicado por la Provincia detalló que las deudas que el Gobierno Nacional mantiene con ella totalizan $7,8 billones. Las mismas están clasificadas de la siguiente manera: deudas directas $2,1 billones; saldos de obras públicas comprometidas $5,3 billones y deuda estimada por la discontinuidad o retrasos de programas nacionales $371.163 millones.

En la Gobernación bonaerense reiteran que el ajuste de Milei no perjudica a Kicillof, sino a los 17 millones de habitantes en la provincia de Buenos Aires. Por ese motivo, es que a lo largo del año han realizado varios reclamos ante la Justicia para que Nación restituya fondos esenciales para educación, salud, obras y otras áreas.

El Gobernador posee una lógica discursiva en la que polariza con el Presidente y contrasta no sólo en el plano ideológico y político, sino también desde las acciones de gestión. Desde la defensa de un Estado presente para plantarse “como un escudo para los bonaerense” hasta la implementación de medidas para paliar la deserción de tareas del Gobierno nacional. Un plano en el que se destacó Kicillof, a diferencia de otros gobernadores, es en la participación de marchas contra las políticas de ajuste de Milei.


RELACIÓN COMPLEJA
Los cuatro años con Alberto en medio de la crisis del oficialismo

El retorno del peronismo al poder allá por el 2019 tenía como novedad la presidencia Alberto Fernández, acompañado por Cristina Fernández de Kirchner en la vicepresidencia. Además, en la provincia de Buenos Aires llegaba arriba del mítico Renault Clio Axel Kicillof con toda su impronta y se disponía a recuperar la “tierra arrasada” que a su entender habían dejado María Eugenia Vidal y Mauricio Macri.

El surgimiento del Covid-19 trajo aparejada una pandemia que repercutiría de lleno en la subjetividad de millones de personas y que también impactó en el vínculo entre el Gobernador y el Presidente. A pocos meses de asumidos los dos se vieron obligados a coordinar acciones para evitar que la emergencia sanitaria provocara desmadres difíciles de controlar.

Quizás el punto más alto de consideración, en un contexto de constante flujo de recursos 
de Nación a Provincia, fue con la creación del Fondo para el Fortalecimiento Fiscal en septiembre de 2020 cuando le restituyó fondos coparticipables. Se estableció una reducción del envío de fondos a la Ciudad del 2,32 al 1,40 por ciento de los gravámenes establecidos por ley. La medida generó presentaciones de CABA y luego fue eliminada por Javier Milei. 

Luego de las elecciones legislativas del 2021, la relación fue de mal a peor a tal punto de llegar a una frialdad extrema. Con algunos actos institucionales compartidos, diferencias en torno a la gestión de seguridad tensionaron más el vínculo. 

“Axel Kicillof no nos representa a todos”, había dicho Alberto Fernández en plena guerra con Cristina antes de dejar su mandato. En tanto, en la Gobernación no profundizaron en críticas públicas.


Luces y sombras de los cinco años de Kicillof


FUERA DE CÁLCULO
La pandemia y la gestión en el territorio más grande del país

La llegada de la pandemia de coronavirus puso a prueba al sistema de salud de todo el país, pero principalmente al de la provincia de Buenos Aires. La estructura más grande del territorio era desafiada y el temor crecía ante la posibilidad de una saturación que no pudiera contener las demandas de la población.

En aquel entonces el ministro de Salud era Daniel Gollan y, en coordinación con el Gobierno nacional, apostaron a la centralización de todo el sistema en diálogo con las obras sociales y el sector privado. De esta manera, armaron un esquema en el que distribuían recursos, insumos y materiales en función de las necesidades.

Desde el Gobierno reiteran que es complejo de poder dimensionar la logística puesta en marcha para garantizar la vacunación en un territorio tan grande y garantizar el funcionamiento de hospitales y centros de acordes a la situación. Además, destacaron la llega de insumos provenientes de China, reuniones constantes con los intendentes para monitorear la el panorama y el proceso de sumar nuevos profesionales de la salud al sistema. Un operativo en el que se pudo ver en vivo y en directo lo desplegado fue el que se realizó en Villa Azul, el barrio que une Quilmes con Avellaneda. El aislamiento del barrio para evitar más contagios quedó marcado a fuego.

Este año, Nicolás Kreplak presentó el documental “Pandemia: gestionar lo desconocido” con Axel Kicillof como protagonista estelar. “Una etapa dramática y compleja, donde el Estado fue determinante ante esa amenaza, llevando adelante la inversión sanitaria más grande de la historia”, dijo al respecto el Gobernador.


EL MUNDO SINDICAL
Aliados estratégicos para evitar paros y reclamos gremiales

Para hablar de principales aliados o sectores más cercanos a Axel Kicillof es preciso señalar que su vinculación son los dirigentes sindicales estatales está más que aceitada. De hecho, tal afinidad le ha permitido evitarse grandes dolores de cabeza con paros y movilizaciones. Un especto del que jamás pudo hacer gala María Eugenia Vidal.

Por el lado de los estatales y docentes, ya es conocida la estrecha relación entre la CTA de los Trabajadores, comandada por Roberto Baradel y Hugo Yasky, con el Gobernador. Un vínculo que siempre se mantuvo intacto. Tienen funcionarios provinciales en el ministerio de Trabajo que conduce Walter Correa y que antes ostentaba Mara Ruiz Malec. Con el paso del tiempo la CTA Autónoma se acercó a través de Oscar “Colo” de Isasi y Hugo “Cachorro” Godoy.

La buena onda también existe con UPCNFederación de Gremios Estatales y Particulares de la provincia de Buenos Aires (Fegeppba)CicopSalud Pública, gremios del Frente de Unidad Docente Bonaerense, entre otros. De todos modos, ha encontrado su principal oposición en sectores de la izquierda con representación en la docencia, sobre todo.

Un informe realizado por La Izquierda Diario, con datos del Indec comparados con los acuerdos salariales firmados, dio a conocer que en casi cinco años de gobierno de Kicillof “estuvimos todos los años por debajo de la inflación, perdiendo en total un 28% de poder de compra de nuestro salario, que se suman al 30% perdido durante el gobierno de Vidal”.

Los datos arrojados dan cuenta que los estatales bonaerenses no escapan a la crisis generalizada y que su poder adquisitivo perdió. Asimismo, se observa una gran pasividad de los gremios.


TEMBLORES EN LA GOBERNACION
Los momentos más conflictivos en la provincia de Buenos Aires 

En términos generales el gobierno de Axel Kicillof no ha tenido que soportar conflictos continuos a lo largo de estos cinco años. A las protestas que se registraron por diversas demandas, también hay que sumarle momentos en los que miembros del gabinete se encontraron en el ojo de la tormenta y tuvieron que renunciar.

El último trimestre de 2020 fue el más candente para el Gobierno y se destacaron dos grandes reclamos de sectores totalmente opuestos, pero que golpearon en la línea de flotación del oficialismo. En septiembre se registró una gran protesta de la policía bonaerense para exigir mejoras salariales. No sólo fueron a copar la Residencia de Olivos, sino también se hicieron presentes en la Gobernación y en otros puntos neurálgicos de la fuerza.

Un mes después, en el distrito de Presidente Perón, la falta de acceso a la tierra y vivienda hizo estallar una enorme protesta con la ocupación de terrenos en la localidad de Guernica. El reclamo de cientos de familias se extendió por un largo tiempo y no hubo acuerdo entre las partes, por lo que se llevó a cabo un violento desalojo que tomó relevancia nacional.

En cuanto a situaciones en las que estuvieron envueltos funcionarios, se registró la salida de Juan Manuel Lugones de la Aprevide. La renuncia se dio en medio un escándalo por una denuncia de abuso sexual que tenía quien había sido designado por María Eugenia Vidal y que luego se declaró culpable.

La salida de Martín Insaurralde en 2021 fue otro momento conflictivo. Ahora las luces se posan sobre la figura de Jorge D’Onofrio y algunos piden la renuncia del ministro.


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BAJO LA LUPA
El Poder legislativo y el judicial en el trayecto de Kicillof

Axel Kicillof se ha caracterizado por forjar una relación con el Poder Legislativo totalmente distinta a la que se acostumbraba en la provincia de Buenos Aires. No pocas veces desde la Gobernación señalaron que no era necesario contar con alfiles allí y que los primeros cuatro años habían sido una muestra de eso.

Ahora la perspectiva comenzó a cambiar y para lo que se viene podría existir un volantazo en ese aspecto. En la actualidad, solo tiene línea directa con el Senado a través de Verónica Magario, pero la presidencia de la Cámara de Diputados y las jefaturas de ambos bloques respondieron siempre a Máximo Kirchner, Martín Insaurralde y Sergio Massa.

Sobre el Poder Judicial, especialmente la Corte Suprema, existe una deuda que todavía no pudo saldar. Las cuatro vacantes en el máximo tribunal no fueron cubiertas y es un punto que debe resolver con urgencia. Mientras tanto, comenzó a avanzar con la cobertura de cargos en los tribunales bonaerenses desde la llegada de Juan Martín Mena al Ministerio de Justicia.


PROYECCIÓN
Scioli como ejemplo para no ser opacado por la sombra de CFK 

El politólogo Julio Burdman puso el ojo en uno de los principales problemas a resolver por  parte de Axel Kicillof en su proyección a presidente y puso el ejemplo de un exgobernador bonaerense. “A Daniel Scioli esa parte siempre le costó y eso que hizo mucho esfuerzo. Él tenía todas las credenciales, tenía un CV político muy fuerte y, sin embargo, la sombra de Cristina estaba siempre en él. El kirchnerismo estaba muy por encima de él”. 

“Creo que Scioli hizo un desarrollo, una identidad propia, pero que hubo algo que le faltó”, añadió. Luego indicó: “Kicillof tiene que superar metodológicamente a Scioli, sabiendo que parte de un lugar parecido, con toda la diferencia del caso. Me refiero solamente al análisis político, no lo estoy comparando ni como personalidad ni como perfil ideológico, son muy distintos, pero creo que tienen situaciones parecidas y creo que en el espejo de Scioli, Kicillof tiene que aprender que el desarrollo de un concepto propio es muy importante para la política contemporánea”.


LAS EXIGENCIAS DE LOS DE AFUERA
La convivencia con la oposición y las demandas para llegar a consensos

Además de tener que atravesar una difícil convivencia con sus socios de Unión por la Patria, Axel Kicillof tuvo que afinar sus aptitudes políticas para intentar dialogar con los sectores de la oposición de peso en la provincia de Buenos Aires. Hasta la aparición de La Libertad Avanza, el PRO formaba parte de su principal enemigo. En tanto, el radicalismo estuvo más cerca.

Durante la primera etapa de su gobierno, Juntos por el Cambio todavía era una alianza en la que a pesar de sus diferencias internas actuaba en bloque en la Legislatura bonaerense. De todos modos, con el paso del tiempo sus integrantes comenzaron un proceso de distanciamiento que benefició al oficialismo.

En esa atomización de la oposición Kicillof se encargó de fomentar las diferencias que poseían para generar mejores condiciones al momento de llegar a acuerdos para temas vitales de la gestión. El PRO -tanto en el Parlamento como con su tropa de alcaldes- y la Coalición Cívica fueron los opositores más acérrimos con los que se tuvo de vincular.

Por el lado de la Unión Cívica Radical, la coordinación y el acercamiento que tuvo con el Foro de Intendentes fue clave para avanzar en diferentes gestiones, aunque ahora ese vínculo está más frío y los boina blanca han endurecido su posicionamiento respecto al oficialismo. Piden más diálogo y consensos. 

En la actualidad, con la consolidación de La Libertad Avanza y el retroceso del PRO se configura un nuevo escenario en la política bonaerense. Sin embargo, hay quienes apuestan a recuperar afinidad en el diálogo con radicalismo para acortar caminos al momento de poder lograr consensos necesarios.


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APRENDIZAJES
El historial con los intendentes: de la frialdad a la comprensión

El diálogo entre Axel Kicillof y los intendentes del peronismo es un capítulo aparte en estos cinco años de gobierno. A los caciques del Conurbano le ha constado congeniar con el Gobernador y lo han hecho saber en innumerables ocasiones. “Es un perro verde”, ha dicho alguna vez un intendente que ahora lo ve como un futuro líder del justicialismo. Quizás un resumen de cómo empezó y cómo se encuentra la relación con varios de ellos.

La desconfianza de Kicillof hacia los jefes comunales -sobre todo los del Gran Buenos Aires- fue un elemento que tabicó acercamientos y -desde la óptica intendentista- ha hecho que se retrasen desde obras hasta el desembolso de fondos a los municipios. La minuciosidad característica del primer mandatario a la hora de transferir recursos también aportó a los chisporroteos.

“Le dicen 'pato pichón' porque es difícil de pelarlo”, dijo otro alcalde a este medio tiempo atrás al referirse a Kicillof y los criterios que utiliza para ejecutar proyectos. De todos modos, reconoció que obras no faltaban y contó: “A veces le decimos que nos dé más obras a nosotros y no tantas a los de la oposición”.

Las rispideces con muchos de los intendentes se limaron y el entendimiento avanzó para alcanzar niveles de confianza mutuo. Con cinco años sobre las espaldas de gestión y a fuerza de reuniones, decenas de alcaldes ahora ven en el Gobernador a un conductor por el que hay que apostar para la etapa que se abrió.


CAMBIOS EN EL CAMINO
El equipo de Gobierno y cómo lidiar con el loteo de los ministerios

El gabinete de Kicillof pasó por varios estadios y todos fueron en consonancia con el momento interno que atravesaba la coalición de gobierno. Las distintas variantes que conforman la alianza siempre pujaron por ser consideradas en la estructura de poder y los pedidos se agudizaron con la derrota a nivel nacional a manos de Javier Milei.

La primera etapa del equipo de Gobierno allá por el 2019 tuvo una marcada presencia de figuras del riñón del Gobernador, miembros de La Cámpora y dirigentes con teléfono directo con Cristina Fernández de Kirchner. De todos modos, el primer cimbronazo llegó en el 2021 luego de la derrota en las elecciones legislativas. Para ese entonces ya había renunciado Fernanda Raverta, reemplazada por Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad), y Daniel Gollan, sustituido por Nicolás Kreplak (Salud).

Con la interna a flor de piel y en un punto de inflexión entre Kicillof y Cristina, Máximo Kirchner logró imponer su mirada y afianzó su acuerdo con Martín Insaurralde para desembarcar en el gabinete a fines de 2021. El exintendente de Lomas de Zamora se transformó en el jefe de Gabinete, corrieron a varios kicillofistas -entre ellos a Carlos Bianco- y se sumó el alcalde Leonardo Nardini (Infraestructura) y varios otros más en diferentes organismos. Además, el Frente Renovador logró tener un representante con Jorge D’Onofrio (Transporte) a partir de enero del 2022.

Ya con la reelección como medalla, Kicillof logró formar su equipo con figuras afines y revalorizó a su círculo más cercano confirmándolos dentro del gabinete. Así, Bianco volvió a ser una figura fuerte. Sin Insaurralde en el armado, el tándem Verónica Magario – Fernando Espinoza pudo acercar figuras en varios sectores, entre ellos a Silvina Batakis (Hábitat y Desarrollo Urbano) y el massismo mantuvo sus dirigentes. En tanto, la incorporación de Gabriel Katopodis (Infraestructura) le dio mayor experiencia en la gestión.

Entre los ministros que pasaron y ya no están se encuentran: Teresa García, Mara Ruiz Malec, Sergio Berni, Daniel Gollan. Fernanda Raverta, Julio Alak y Agustín Simone.


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