El 31 de julio, Ramón Carrizo, un jubilado de 91 años, falleció tras un voraz incendio en su casa al prender una salamandra para enfrentar el invierno. "Pipi", su perrito, fue rescatado de entre las llamas pero casi al borde de la muerte. De inmediato, un matrimonio vecino se presentó en Zoonosis y pidió hacerse cargo del animal.