El 2024 fue, hasta ahora, un año convulso para el puerto marplatense. Las tensiones arrancaron bien temprano, más precisamente en enero, cuándo la Ley Bases era apenas un manojo de intenciones que se volvería realidad recién en junio tras varias modificaciones. La búsqueda del gobierno de cambiar el Régimen Federal Pesquero trajo aparejadas fotos inéditas de confluencia de la política, que se abroqueló para defender el interés marplatense, y también de sectores habitualmente enfrentados dentro de la propia actividad, cómo cámaras empresarias y sindicatos. La quita del capítulo que modificaba la normativo calmó las aguas pero declaraciones desde Nación así como otros hechos puntuales mantuvieron expectantes a los sectores.
La actividad en sí estuvo caracterizada por la ambivalencia, con indicadores que intercalaron buenas y malas. Un ejemplo claro es la pesca. Mar del Plata, a pesar de la paulatina migración de la acción hacia los muelles patagónicos, nunca dejó de ser el principal puerto en materia de desembarques. No obstante, los últimos tres meses registró importantes caídas en la comparativa interanual. El primer síntoma de caída fue junio, con una merma del 7,92%. Lo más duro vendría en julio y agosto, con bajas del 50,89% y del 48,38% respectivamente.
Sin embargo, si se toma la totalidad de desembarques entre enero y agosto, la caída interanual es de apenas 175 t (243.494 del 23´ contra 243.319 del 24´). La explicación de la paridad a pesar de los malos números de la parte media del año es el mes de febrero, dónde los muelles recibieron 145% respecto al período anterior. La merluza hubbsi con más de de 120.000 toneladas consolidó su condición de especie estrella seguida por el calamar.
Pasaron más de dos años desde que la draga danesa Idun R extrajo más de 800.000 metros cúbicos de sedimentos marítimos. La operación dejó profundidades que iban desde los 11,6m del canal exterior a los 8,70m de los frentes de atraque. Las batimetrías realizadas este año revelaron que en algunas secciones del puerto la profunidad se redujo de manera drástica: entre 4 y 6 metros, cifras que dificultan la operatoria, en especial para las naves de gran porte. En ese sentido, hay fuerte expectativa en los muelles por el llamado a licitación internacional del dragado que abrirá sobres el próximo 20 de septiembre. Los oferentes contarán con un presupuesto de 5.848.516,67 dólares, monto que tiene incluido el Impuesto al Valor Agregado (IVA). “Con la terminal portuaria en plena operatividad y con un incremento en la frecuencia de escalas de grandes embarcaciones afectadas al transporte de cargas, el dragado de mantenimiento aparece como una obra necesaria a los efectos de dar certeza a los operadores”, afirmaron desde la administración portuaria.