Luego de varios años de tires y aflojes y fuego cruzado entre la política y administraciones por el estadio Mundialista, Guillermo Montenegro resolvió poner los destinos del Minella en manos de inversores privados. Según anunció en conferencia de prensa, la concesión, que sería de 30 años, alcanzaría tanto a la cancha construida para el Mundial 78´ como al Polideportivo Islas Malvinas. A su vez, implicaría para la empresa adjudicataria, la mantención del Parque Municipal de los Deportes "Teodoro Bronzini".
Hecho el anuncio, comenzaron a circular rumores de los primeros nombres interesados en el negocio. Uno de los apuntados sería el empresario teatral Javier Faroni de fuerte vínculo con la ciudad que, a su vez, conduce los destinos de Deportick, una ticketera relacionada a la AFA.
El dato no es menor: según lo expuesto por Montenegro, las empresas con vínculo con la entidad que conduce "Chiqui" Tapia tendría prioridad en la licitación, en busca de allanar aquella premisa del Minella como "la casa de las selecciones".
Según pudo saber La Tecla, los pliegos de la histórica licitación entrarían al Concejo Deliberante durante le mes de septiembre.