La misma resaca con la que millones de bonaerenses encaran la última semana del año, signada por los festejos navideños y los preparativos para despedir 2024, parece afectar al diálogo político en la provincia de Buenos Aires.
La jornada del jueves último tuvo todos los condimentos, y puso al borde de un ataque de nervios al Ejecutivo, luego de que sectores internos del oficialismo pactaron con legisladores de la oposición un “nuevo” Presupuesto, otra Ley Fiscal y obviar el pedido de Endeudamiento solicitado por Axel Kicillof y su ministro de Economía, Pablo López.
“Fue casi un golpe de Estado”, evaluaron en la Legislatura algunos referentes peronistas, tras conocerse que La Cámpora, el massismo y los intendentes y legisladores leales a Martín Insaurralde negociaron con la UCR abadista y el PRO macrista varios artículos de ambas iniciativas sin el OK de calle 6.
Así, se había acordado eliminar el famoso artículo 163 de la Ley Fiscal, que eliminaba ciertas discrecionalidades de ARBA para fijar tributos y sellar el techo de incrementos en el 28%, además de establecer un Fondo de Seguridad de 200.000 millones de pesos para los intendentes, además de incrementar en un punto la coparticipación a los municipios, equivalente a otros 200 y pico mil millones para 2025. También se introdujo la autarquía del IOMA, un viejo reclamo del radicalismo.
Facundo Tignanelli y Diego Garciarena, titulares de los bloques de UxP y UCR en Diputados
Alertado de esta maniobra, el Gobernador desautorizó los cambios y la sesión en Diputados pasó a cuarto intermedio sin fecha ni hora, estimándose muy complicado que, como pretenden algunos en el oficialismo, se lleve adelante este viernes 27. Fue luego de que Kicillof utilizase una carta en la manga: ordenó a Verónica Magario, titular del Senado, que no inicie la sesión y cierre, a cal y canto, la Cámara Alta.
Durante las navidades, e incluso en la mañana de hoy, los teléfonos siguieron apagados. “Nada de nada”, fue le respuesta unívoca cuando este medio consultó a radicales y amarillos si había existido algún intento de parte de los negociadores de Unión por la Patria para retomar las negociaciones.
De parte del Ejecutivo hay silencio, el mismo que domina al oficialismo legislativo, aunque el kicillofismo, ausente en la “rosca” del jueves pasado, utilizó las redes sociales para bancar el Presupuesto original. Así lo expresó, por ejemplo, el ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, o intendentes como Andrés Watson (Florencio Varela), Gustavo Barrera (Villa Gesell) y Fernando Moreira, de San Martín.
En igual sentido, el ministro de Desarrollo de la Comunidad y principal escudero del Gobernador, Andrés Larroque, fue tan irónico como contundente en su defensa de las iniciativas del Ejecutivo, cuando sostuvo: "Hay sectores de nuestro espacio que se la hacen fácil a Milei y se la complican a Kicillof. Uno ve a compañeros que azuzan a la propia oposición para tratar de bloquear herramientas necesarias para que Axel gobierne en un contexto de ataque permanente de Nación”.
En calle 6 aseguran que es falso que haya interrupción del diálogo y que los canales están abiertos. "Es falso, con la UCR hablamos con intendentes, con legisladores, incluso con Maxi Abad". Y precisaron que la negociación continúa "con los avances ya trabajados con los intendentes sobre el fondo de libre disponibilidad", desconociendo cualquier pacto por fuera de las iniciativas originales.
Los hechos del jueves dejaron huella y aún pareciera no haber cicatriz. El oficialismo no mueve ficha, sumido en su estallido interno, y algunos radicales tampoco avalan lo decidido por el bloque. “No es positivo lo que pasó, porque hay que negociar con el Ejecutivo, ya que ellos son los que garantizan el cumplimiento de cualquier acuerdo que vos hagas”, bramó un intendente boina blanca del interior.
La oposición, o buena parte de ella, espera que Kicillof decida su próximo movimiento, y analiza que existe ausencia de negociadores propios por parte del mandatario. No aceptan que la garante de los pactos sea la Secretaria General, Agustina Vila, a quien reprochan falta de experiencia en la rosca y poco peso para que se respeten los acuerdos obtenidos.
En calle 6 son varios los que ven detrás de la movida una jugada de Máximo Kirchner junto con algunos de sus aliados, como Martín Insaurralde. “A lo mejor están presionando para que Axel no desdoble, como quiere Cristina, pero es sólo una posibilidad”, reconoció a La Tecla.info uno de los pocos legisladores ultrakicillofistas.
Se confirme o no esta hipótesis, el camporismo estuvo a punto de sacar tajada el jueves último, cuando dos de sus territoriales, Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvares, de Lanús, lograron que sus distritos coparticipen las ganancias del Puerto de Dock Suda, ubicado en Avellaneda, territorio de su archienemigo Jorge Ferraresi, cabeza visible de los kicillofistas acérrimos en enfrentado con la "orga" conducida por Máximo Kirchner.
El Senado, mudo
En la Cámara Alta la situación es similar. “Hasta ahora no hay ningún diálogo, estamos esperando si el Ejecutivo o el oficialismo dan algún paso. Son ellos los que deben mover, porque son los interesados en que salga el Endeudamiento y la Ley Fiscal.
En el caso de la toma de deuda, desde la oposición señalaron que “no es tan urgente, creemos que tiene un margen para que se lo aprobemos, pero el tema complicado es la Fiscal Impositiva”.
Al respecto, evaluaron que “si no tiene nueva Ley Fiscal no puede imprimir las boletas (de impuestos) con los nuevos valores. Es decir, en enero deberá cobrar los mismos tributos que en diciembre, sin poder incrementarlos, y eso es un perjuicio muy grande para el Estado”.
Con el panorama poco claro, el Ejecutivo busca que se avance con “su” paquete completo, rechazando desmembrar el Presupuesto como busca algunos. “Es todo, Presupuesto, Impositiva y Endeudamiento”, repiten como un mantra, aunque saben que para endeudarse y emitir letras necesitan los dos tercios de ambas cámara, un objetivo imposible de alcanzar sin las manos levantadas del interbloque virtual que conforman la UCR abadista, el PRO de Macri y la Coalición Cívica (los lilitos sólo tienen representación en la Cámara Baja).
A pesar del pesimismo y de la incomunicación, todo en política es posible. Incluso, que entre esta tarde y mañana haya acuerdos mínimos y los legisladores terminen el viernes sentados en sus respectivas bancas.