A veces la forma puede ser igual de indeleble que el contenido. Más allá de plataformas y programas, la política trabaja sobre las maneras y estilos que muchas veces vuelven identificable a la marca de un candidato o una fuerza.
Guillermo Montenegro cumple 5 años al frente de Gral. Pueyrredon y en ese trajín, fue modificando las formas con un parteaguas claro: las elecciones de 2023. Durante el albertismo, el alcalde sostuvo maneras entre lo formal y lo sencillo, con un sello de cercanía, en busca de ser "un vecino más".
Durante esos cuatros años, el ex-juez federal siempre estuvo enfrentado con Kicillof pero con una retórica más vinculada a la defensa de los marplatenses y sus intereses sin entrar en conflicto directo con el gobernador.
No obstante, todo eso fue mutando a una dialéctica más al hueso en el transcurso del año electoral y terminó de rubricarse con el arribo de Milei a la Rosada. El cambio de "community manager" se hizo notar a varios niveles siendo el más notorio el de las redes con la seguridad cómo eje central.
El ex-juez federal le imprimió a sus tuits un sello más propio de la escudería libertaria: ácido, en busca de "domar" y desafiante.
Insultos, sentencias y desafíos a otros dirigentes, una novedad del 2024.En torno a Kicillof, cómo era de esperarse, el conflicto continúo. Pero a diferencia de aquel primer período, el alcalde comenzó a referirse al gobernador de manera más directo y con demandas judiciales de por medio, cómo ocurrió con Punta Mogotes o la Avenida Jorge Newbery.
El intendente también realizó cambios no vinculados a lo verbal. Comenzó a usar con más predominancia trajes y apareció con mayor frecuencia en programas nacionales. En esa línea, Montenegro recorrió desde el programa de Mirtha Legrand al stream Blender, mucho más vinculado a un público joven.