General Pueyrredon no es una comuna más dentro del heterogéneo mapa electoral de la Argentina. En el uno a uno supera a 9 provincias en materia de electores y es el segundo municipio bonaerense en votantes detrás de La Matanza. A cinco semanas de las generales, la política aún procesa el resultado de las PASO que dejaron un escenario abierto: la distancia entre Juntos por el Cambio, Encuentro Marplantese y Libertad Avanza supera apenas los 60.000 votos, algo que en el voluminoso padrón podría calificarse como "poco".
Si el calor de la victoria ordena, la incertidumbre tiende a estimular las rispideces, algo que ya se hizo patente en las franquicias mayoritarias dónde la imagen compacta hacia al afuera no describe con fidelidad un escenario interno más tenso.
El clima de desencanto o desinterés con la política -expresado en los altos niveles de abstención- motivó una campaña que desde las distintas fuerzas describen como "uno a uno". Votos blancos, ausentes y quienes eligieron otras listas son las principales peceras en las que Montenegro, Raverta y Demaio irán a buscar votos. Un desafío será, a la vez, retener lo obtenido en agosto.