Las definiciones de la política no se juegan solo en los nombres que ocupan un renglón en la boleta. Además de intendente, legisladores provinciales y concejales, uno de los interrogantes en la Comuna pasa por los funcionarios del Ejecutivo cuya designación depende del intendente y, a su vez, de cómo se den los arreglos entre los distintos socios de las coaliciones. El juego de
equilibrios entre fuerzas es clave en el nombramiento de los cargos políticos, y se definirá en las próximas semanas, a la par de los cierres de listas.
Promediando el último año de gestión, secretarios, presidentes de los entes descentralizados y delegados municipales miran de reojo el 10 de diciembre, fecha a partir de la que podrían quedar fuera del armado o, en cambio, continuar ante un eventual segundo mandato, donde nadie tiene nada asegurado. El acuerdo que hoy los tiene en la órbita municipal termina con el período 2023, lo que mantiene en vilo a todos los cargos políticos de la Comuna.
Además de la rosca, los funcionarios son evaluados por la ejecución presupuestaria, los proyectos llevados adelante y por la respuesta al pedido de Guillermo Montenegro de “estar cerca de la gente”, ítem en el que varios de ellos estarían en el debe, mientras que otros podrían buscar no solo la continuidad, sino también un salto.
La Secretaría de Gobierno, comandada por el hombre de Sumar, Santiago Bonifatti, tenía como tarea central llevar adelante el nuevo pliego del transporte, algo que fracasó en 2021 y que en lo que va del 2023 no tuvo tratamiento efectivo. La prórroga de la concesión vence a fin de año.
De los funcionarios de origen PRO, la gestión de Carlos Balmaceda en Cultura fue visible, pero por la negativa con los conflictos recurrentes en la Orquesta Municipal y la Biblioteca Municipal, que se encuentra cerrada hace tres años y en estado de abandono. Por su parte, Viviana Bernabei, titular de Salud, es una apuntada habitual por la oposición por la situación de los CAPS y el personal. Otro funcionario bajo la lupa es Sebastián D’Andrea (EMSUR), por el estado del espacio público y los cementarios. En tanto que Mariano Bowden (EMVIAL), con el avance de la pavimentación, y Adrián Cónsoli (D. Productivo), se encuentran en el grupo de los que están mejor considerados.
Del ala radical de Katz aparece Jorge “Guasa” González, de Obras, el área de menor rendimiento en las ejecuciones anuales de la Comuna. Germán Blanco, titular de Hacienda, tuvo como función central la defensa del Presupuesto y la rendición de cuentas.
Del radicalismo abadista se encuentran las secretarías de Desarrollo Social, de Vilma Baragiola, y Educación, con Sebastián Puglisi; se trata de gestiones sin sobresaltos pero faltas de peso en la administración de la Comuna.
Delegaciones, entre el malestar y la presencia
Las delegaciones municipales fueron producto del crecimiento no solo en población y territorio de la Comuna. En ese sentido, General Pueyrredon contiene dentro de sí lugares
disímiles y lejanos al palacio municipal. La contención y detección de problemáticas como primer respuesta son potestad de las dependencias. En la actualidad existen cinco: Batán
(Alejandro Estrada), Puerto (Patricio Ciminelli), Norte (Pablo Pérez) Chapadmalal (Héctor Curutchet) y Sierra de los Padres (Julio César Romero). La tarea de las mismas se encuentra bajo la lupa.
Los principales reclamos y temas recurrentes en cada delegación pasan por el espacio público: estado de las calles y luminarias, infraestructura de plazas y baños y el mantenimiento de las zonas.
Cultura, EMSUR y EMDER, las áreas más complicadas
Hay sectores del Ejecutivo que tuvieron rotación mediática por las faltas y sirvieron de asidero para la oposición como centro de críticas a la gestión municipal. Uno de los casos fue el del Ente Municipal de Servicios Urbanos y los cementerios comunales, donde se observaron hechos de vandalismo e inseguridad. Su titular, Sebastián D’Andrea, fue señalado por el estado de los espacios públicos, además de la situación del predio de disposición final, pronto a llegar a su tope operativo sin la licitación concretada. En el caso del Ente Municipal de Deportes, a cargo de Andrés Macció, un empleado de planta con conexiones en el pultismo, el mantenimiento del Parque Municipal de los Deportes “Teodoro Bronzini” apareció como una constante. A la vez, durante su gestión se dio la clausura preventiva de la platea techada del estadio José María Minella, lo que complicó las chances de la ciudad para acoger eventos deportivos.
Carlos Balmaceda, por su parte, es uno de los funcionarios que han recibido más críticas en la gestión de Cultura ante las demandas de artistas locales durante y después de la pandemia. También hubo quejas de la Orquesta Sinfónica Municipal, por la falta de concursos para cubrir vacantes. A su vez escaló el conflicto por la Biblioteca y el Centro Cultural, que hizo
mella en la imagen de la administración para con la comunidad. En ese sentido, no continuaría en caso de un nuevo período al frente del Municipio.
Seguridad, EMTur, EMVIAL y OSSE, los "aprobados"
La seguridad y el turismo fueron los dos “ases” de la gestión de Juntos. En el primer caso, Martín Ferlauto, un “montenegrista puro”, logró impacto en un período relativamente corto: ingresó en la primera mitad del 2022. Con presencia en conflictos como tomas y usurpaciones, además de ejecutor de la política de la Zona Roja y parte de la getiones por el reconocmiento facial, el secretario se consolidó como alguien con potencial político para el futuro.
En el caso del Ente Municipal de Turismo (EMTur), la gestión de Bernardo Martín fue avalada por los números. Luego de la pandemia, el sector mejoró las marcas de años
previos al COVID y tuvo algunos récords históricos tanto para el período estival como en los fines de semana largos, siendo en varias ocasiones el destino más elegido por el turismo. De este modo el ente cimentó la idea de una “Mar del Plata todo el año”, con los eventos culturales y deportivos, como el Enduro o el mundial de fútsal, al frente.
El EMVIAL, con Mariano Bowden, de bajo perfil, a la cabeza, avanzó con la pavimentación de 120.000 metros cuadrados de calles. La apertura de una fábrica cementera sirvió como coronación de la gestión. Por su parte, Obras Sanitarias Sociedad de Estado, del radical Claudio Katz, fue reivindicada por las distintas fuerzas políticas como una “empresa orgullo” de Mar del Plata durante el debate por la rendición de cuentas.
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