La Tecla Mar del Plata
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El presidente Mauricio Macri definió a la mafia pesquera como aquellas “malas prácticas que eviten que se lleven a cabo las inspecciones; habilitaciones y autorizaciones que burlan la legislación”.
Esto es lo que sucede sistemáticamente en el puerto local. Los “Pulpos”, con José “Pototo” Moscuzza a la cabeza, cuentan con gran cantidad de buques inactivos en zonas operativas que dificultan las actividades en el sector. Dichos barcos se transforman en containers de basura, ya que están abandonados a la intemperie y con un proceso avanzado de degradación por el efecto de las inclemencias climáticas. Pero detrás de ello hay un negocio.
Por ejemplo, buques como el Ribazón Dorine, hundido en 2014, el Mar Azul o el Don Luciano son propiedad de Moscuzza. A través de dichas embarcaciones, los empresarios que controlan el puerto mantienen vigentes sus permisos de pesca y las cuotas de captura. A pesar de que las embarcaciones están inactivas, los Pulpos se siguen beneficiando con permisos de pesca que se transfieren a embarcaciones nuevas. Es decir, no se les da de baja las cuota, sino que las mantienen o las transfieren a otras naves.
En lo que respecta al barco “Don Luciano”, su permiso de pesca fue transferido a otro buque y se pidió que fuera dado de baja. Ello implica que debe ser desguazado. Algo que no sucede bajo la gestión de Martín Merlini, quien debería intimar a Moscuzza por no hacerse cargo del buque en desuso. Incluso podría embargarle bienes o solicitar la suspensión de sus permisos de pesca por no hacerse cargo.
Esto se da en un contexto donde el subsecretario de Pesca de la Nación, Juan Manuel Bosch, continúa facilitando el beneficio de los empresarios del sector. El funcionario tendría entre sus intenciones antes del cambio de autoridades adelantar cinco años la cuotificación de la merluza. Esta medida sería requisito para la renovación de las flotas.
La actual distribución de las cuotas de captura se diagramaron en 2009, por 15 años. Y comenzaron a regir en 2010. De este modo, Bosch querría adelantar el proceso 5 años para beneficiar a los empresarios locales, junto con las empresas de los buques congeladores, que hacen resentir el trabajo en tierra en la ciudad.
Los principales tenedores de cuotas pretenden pasar por arriba las resoluciones vigentes, con el aval de Bosch, y los estudios que se necesitan para redeterminar las cuotificaciones. Como paso previo, debe haber, en primer lugar, evaluaciones de biomasa a cargo del Inidep (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero) en forma conjunta con el Conicet ( Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
En particular, la discusión tiene que ver con la redistribución de las cuotas de merluza de la especie “hubbsi” y la merluza negra. Configuradas en 2009 e implementadas desde 2010, las cantidades otorgadas poseen diversos parámetros para ser distribuidas. Principalmente, el historial y cantidad de capturas, la cantidad de mano de obra ocupada y las inversiones realizadas por parte de los tenedores.
Por su parte, los buques inactivos son otro problema de cabeza en el Puerto de la ciudad. Según un relevamiento de Hipoute SA, en el puerto local hay un total de 53 buques inactivos. En ese grupo, algunos haría más de 10 años que están sin salir a pescar.
Ante esta situación, las distintas secciones del puerto, desde la 4ta. hasta la 13ra en los muelles 2 y 3, se verificó la nula actividad que muestran varias zonas operativas a partir del acumulamiento de buques en desuso.