La Tecla Mar del Plata
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Llegó el día: el Concejo Deliberante de General Pueyrredon renueva este martes la mitad de sus bancas y, con ello, comienza otra pulseada por el control del cuerpo. No solo asumirán los nuevos ediles; también quedará abierta la definición más codiciada de todas: quién manejará el martillo legislativo.
Marina Sánchez Herrero dejará la presidencia después de cuatro años al frente del HCD y, lejos de una transición tranquila, las negociaciones entre los socios mayoritarios del oficialismo volvieron a crujir en las últimas horas. En ese tire y afloje, comenzó a sonar —otra vez— un nombre que ganó volumen en los pasillos: el libertario Emiliano Recalt.
Tras una pulseada que dejó chispas, todo indica que Recalt sería el dirigente mejor posicionado para quedarse con la presidencia. Nada está cerrado, pero su nombre se instaló con tal fuerza que en más de un despacho dan por hecho que el tema se terminará de ordenar después de la sesión preparatoria, cuando cada bloque muestre realmente cuántos porotos tiene para negociar.
El cargo no es decorativo. Quien ocupe ese sillón manejará la botonera completa: control de las sesiones, armado de agenda, orden del día, firma de normativas, administración del personal y de los recursos del cuerpo, además de la potestad de convocar a los ediles. Y, en caso de empate, tendrá en la mano la llave más buscada: el doble voto.
Con el reacomodamiento de fuerzas que traerá el recambio legislativo y la figura en ascenso de Recalt, la presidencia del HCD podría transformarse en uno de los epicentros políticos más calientes del nuevo período. Y como siempre en el Concejo, lo que se define en la superficie suele ser apenas una parte de lo que se pacta por debajo.