Las modificaciones a los indicadores urbanísticos y los cambios de uso del suelo marcaron la agenda del 2024, consolidándose como temas centrales en las discusiones del Concejo Deliberante de General Pueyrredon. Sin embargo, el método predominante sigue siendo la aprobación de excepciones, un mecanismo utilizado para atender proyectos específicos que expone la falta de una planificación estratégica integral para abordar las necesidades de la ciudad.
Las ordenanzas de “Incentivos a la Construcción” permitieron una reactivación parcial del sector inmobiliario, crucial para la economía de Mar del Plata. No obstante, estas políticas puntuales no reemplazan la necesidad de un marco regulatorio claro y actualizado que garantice un desarrollo urbano sostenible.
El Código de Ordenamiento Territorial (COT), vigente desde 1979, ha tenido múltiples modificaciones parciales, pero ninguna ha logrado responder a los desafíos que plantea el acelerado crecimiento urbano. A pesar de los reiterados anuncios y reuniones, no se han concretado avances significativos hacia una reforma que unifique criterios y establezca una hoja de ruta a largo plazo.
La falta de consenso político en el Concejo continúa siendo el principal obstáculo. Mientras tanto, las demandas derivadas del crecimiento urbano, como la expansión de áreas residenciales, la creación de nuevos corredores comerciales y la regularización de zonas industriales, aumentan día a día.
A pocos días de que termine el 2024, queda la incógnita de si el próximo año será testigo de una revisión integral del COT o si las modificaciones parciales seguirán siendo la norma.