El gesto de Montenegro de ampliar la donación de su sueldo y el de los principales funcionarios del Ejecutivo vuelve a exponer al Concejo Deliberante, reacio a tomar la misma postura. Como es sabido, el intendente anunció ayer que bajará su salario en un 30% y el de los funcionarios políticos en un 20%, “en el marco de un plan de austeridad”; medida que comenzará a estar vigente a partir de noviembre. Antes, el jefe comunal resignaba el 20% y, sus colaboradores, un 15%. Donar una parte del salario ha sido una bandera del jefe comunal desde que asumió en 2019, cuando tomó por primera vez la decisión. Entre los funcionarios alcanzados por esta disposición, se encuentran los secretarios; presidentes, vicepresidentes y directores ejecutivos de los entes descentralizados; subsecretarios; delegados de la comuna; directores generales; el administrador general de la Agencia de Recaudación (ARM); y el director de Cálculo y Control de Recursos de la Administración Central. Sin embargo, en una actitud que se puede leer como corporativista, el Concejo siempre se ha mantenido al margen de esta medida. En diversas ocasiones se deslizó que el tema fue planteado en Labor Deliberativa, comisión que reúne a los presidentes de bloque de cada espacio político, pero sin resultados concretos. Para tener una referencia, la remuneración en bruto de un edil equivale a cinco sueldos básicos de un agente inicial con 40 horas semanales. Es decir, una cifra que trepará a $460.602,2 por lo trabajado este mes, en la misma escala que un director general. La falta de un gesto por parte del Legislativo ya hace ruido en los pasillos del Palacio Municipal, donde funcionarios del Ejecutivo le achacan a los ediles la actitud mezquina. Más aún si se tiene en cuenta el contexto inflacionario y la crisis económica que pulverizan el poder adquisitivo de la población. Una nueva muestra de la distancia entre la clase política y la ciudadanía. |